Crónica UE.- Merkel advierte del "fracaso histórico" que supondría no tener una Constitución Europea en 2009

Actualizado: miércoles, 17 enero 2007 12:47

La canciller asegura que la "tolerancia" es el "alma" de la UE, pero no por ello los europeos deben ser comprensivos con el extremismo

ESTRASBURGO, 17 Ene. (EUROPA PRESS) -

La canciller alemana Angela Merkel compareció hoy ante el pleno de la Eurocámara para presentar el programa de trabajo de su presidencia y reiteró que su máxima prioridad será desbloquear el Tratado constitucional con el objetivo de dotar a la UE de las reglas necesarias para poder funcionar correctamente con 27 Estados miembros. Merkel reiteró que en junio de este año presentará una 'Hoja de ruta' para salir de la crisis actual, y dijo que la solución definitiva tiene que encontrarse antes de las elecciones al Parlamento Europeo en primavera de 2009, ya que lo contrario significaría un "fracaso histórico".

"Interesa a Europa, a sus Estados miembros y a sus ciudadanos que el proceso haya llegado a buen puerto antes de las elecciones al Parlamento Europeo en la primavera de 2009. Todo lo demás sería un fracaso histórico", subrayó Merkel en un discurso que fue muy aplaudido por los eurodiputados. La canciller defendió los contenidos del Tratado constitucional, especialmente la creación de un ministro de Asuntos Exteriores o la puesta en marcha de tríos de presidencias para dar más continuidad a la acción de la UE, algo que Alemania ya está haciendo al asociarse con Portugal y Eslovenia, las dos próximas presidencias.

Insistió en que los Veintisiete necesitan "reglas razonables que estén a la altura del nuevo tamaño de la UE y le permitan hacer frente a los nuevos desafíos, reglas que nos capaciten para la acción porque sabemos que con las reglas actuales la UE no puede ser ampliada ni está capacitada para tomar algunas decisiones necesarias". A su juicio la UE debe "concentrarse" en lo que se pueda gestionar mejor a nivel comunitario "con los medios necesarios y con eficacia", y debe dejar en manos de los Estados, las regiones y los municipios aquellos ámbitos donde su actuación no sea necesaria.

La canciller desgranó ante los eurodiputados el resto de prioridades de su presidencia, entre las que destacó la necesidad de "proteger nuestro modelo de Estado social, sobre todo a la vista de las condiciones que va imponiendo la globalización". "Esto es muy importante y es lo que están esperando nuestros ciudadanos de sus Gobiernos (...). Sabemos que la economía ha mejorado en los últimos años, pero cuando pensamos en crecimiento, tenemos que pensar también en empleo", afirmó, avanzando que en ello se centrará la cumbre de marzo. También reclamó una reducción de la burocracia y una potenciación del sistema universitario europeo y de la inversión en I+D.

En materia de política exterior, Merkel repitió una vez más que la UE debe participar en la definición del estatuto de Kosovo y contribuir a la estabilidad de los Balcanes ofreciéndoles una perspectiva europea. En Oriente Próximo, la presidencia alemana quiere reforzar el Cuarteto, abordar la crisis por el programa nuclear de Irán, y acelerar la reconstrucción de Afganistán.

La canciller insistió en la necesidad de seguir "profundizando" en las relaciones entre la UE y Rusia y concluir un nuevo acuerdo de Asociación con un capítulo prioritario dedicado a la energía. "Necesitamos relaciones fiables con este socio, sólo así aumentará la confianza mutua", dijo, insistiendo en que no por ello la UE debe ignorar los problemas de limitación de la libertad de expresión en Rusia o los enfrentamientos de Moscú con sus vecinos.

La presidencia alemana reforzará la política de vecindad en las regiones del Mar Negro y Asia Central y las relaciones con EEUU. Finalmente, trabajará para lograr un acuerdo en la ronda de liberalización comercial de Doha y para pactar un sustituto al protocolo de Kioto de lucha contra el cambio climático después de 2012.

TOLERANCIA, ALMA DE EUROPA

Merkel dedicó buena parte de su discurso a tratar de definir los valores de la UE, que tienen que figurar en la llamada 'Declaración de Berlín' que aprobarán los líderes europeos el próximo 25 de marzo con motivo del 50 aniversario del Tratado de Roma. Su conclusión es que "el alma de Europa es la tolerancia", el valor que ha permitido convivir a una "diversidad" de pueblos en "libertad" después de siglos de guerras.

"Europa es el continente de la tolerancia, y nos ha costado siglos aprender esto. En esa andadura hemos vivido catástrofes, nos hemos perseguido y aniquilado mutuamente, hemos destrozado patrias y hemos puesto en peligro lo más sagrado para nosotros. La época más espantosa de odio, destrucción y aniquilación está muy cerca, y sucedió en nombre de mi pueblo, Alemania", dijo la canciller.

Por ello, la UE debe ejercer esta tolerancia y "dar ejemplo en el exterior", y sobre todo protegerla de la "intolerancia". "Europa jamás debe ser comprensiva con la intolerancia, nunca debe ser comprensiva con la violencia de extrema izquierda o de extrema derecha o con la violencia en nombre de una religión".

También el presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso, hizo por primera vez cinco propuestas sobre el contenido de la 'Declaración de Berlín'. El texto debería destacar como valores de la UE, afirmó, la solidaridad, en forma de una mayor cohesión económica y social que favorezca a los países más pobres de la ampliación; la sostenibilidad, con la lucha contra el cambio climático como principal ejemplo; la capacidad de rendir cuentas de las instituciones comunitarias ante los ciudadanos; la seguridad, preservando al mismo tiempo las libertades fundamentales; y la promoción de los valores e intereses de la UE en el mundo.

En opinión de Barroso, la 'Declaración de Berlín' servirá de impulso para salir del bloque constitucional. "Necesitamos un acuerdo: para despejar los nubarrones de duda en algunas partes de Europa, para mostrar confianza a nuestros socios, y para hacer la UE más transparente, más eficaz y más democrática", insistió.

También destacó que durante la presidencia alemana, la UE debe mantener su liderazgo en la lucha contra el cambio climático aprobando la propuesta de la Comisión de fijarse un objetivo del 20% de reducción de los gases de efecto invernadero en 2020 respecto a los niveles de 2020 y mantener la meta estratégica de un acuerdo colectivo por parte de los países desarrollaros para recortar sus emisiones hasta un 30%, ya que es la única manera de limitar los efectos del cambio climático.