Crónica UE- La UE aboga por dejar en suspenso el Tratado constitucional hasta 2008 y vincularlo al debate presupuestario

Actualizado: martes, 9 mayo 2006 20:26

Barroso insiste en la política de recuperar partes de la Constitución pese al 'no' de Francia y Países Bajos

BRUSELAS, 9 May. (EUROPA PRESS) -

El primer ministro austriaco y presidente de turno de la UE, Wolfgang Schüssel, abogó hoy por dejar en suspenso el Tratado Constitucional hasta finales de 2007 o principios de 2008, y vincular la recuperación del texto al debate sobre la reforma del presupuesto comunitario que los líderes europeos se han comprometido a lanzar dentro de dos años. Schüssel intervino en una reunión de eurodiputados y parlamentarios nacionales sobre el 'Futuro de Europa', organizada coincidiendo con el 56 aniversario de la declaración Schumann, que marcó el inicio de la construcción comunitaria.

El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, que también participó en el acto, presentó una nueva propuesta para rescatar partes de la Constitución pese al 'no' de Francia y Países Bajos. En este caso, se trataría de que el Ejecutivo comunitario consulte con carácter previo a los Parlamentos nacionales sobre los proyectos legislativos que esté elaborando para que éstos se pronuncien si consideran que se invaden indebidamente sus competencias. Barroso ya propuso ayer suprimir el poder de veto para las decisiones de cooperación judicial y policial en materia de crimen organizado.

Schüssel inició su intervención recordando que Estonia ratificó este martes la Constitución Europea y que Finlandia lo hará durante las próximas semanas. Con estos países, 16 Estados miembros habrán ratificado el texto (dos, España y Luxemburgo, a través de referéndum), 2 se han opuesto (Francia y Países Bajos) y otros 7 tienen suspendido el proceso de ratificación desde hace un año. A su juicio, el Tratado constitucional "sigue siendo el intento más logrado de los últimos 50 años para desarrollar todo el acervo comunitario y mejorarlo".

En todo caso, señaló que "no hay consenso" entre los Estados miembros sobre la manera de sortear el 'no' francés y holandés, y es "prematuro" pensar en soluciones, como añadir un nuevo protocolo interpretativo o realizar enmiendas a la tercera parte del texto. Reconoció que el calendario empezará a despejarse a partir de las elecciones presidenciales francesas previstas para la primavera de 2007 pero descartó que nadie tenga una "varita mágica" que permita encontrar una solución inmediatamente después, durante la cumbre de junio de 2007.

Por ello, el destino de la Constitución Europea se decidiría, a su juicio, "a finales de 2007 o principios de 2008". En otra de sus intervenciones precisó que el "año clave" será 2008, ya que en ese momento el futuro del Tratado constitucional quedaría vinculado con otros temas destacados de la agenda de la UE, como la reforma del presupuesto que lanzará la Comisión, y los preparativos para las próximas elecciones al Parlamento Europeo.

PARLAMENTOS NACIONALES

Durao Barroso no quiso hablar de fechas durante el debate aunque, según han adelantado fuentes comunitarias, el documento sobre el futuro de Europa que aprobará mañana el Ejecutivo comunitario maneja los mismos plazos que los enunciados por Schüssel, y plantea la posibilidad de ligar el debate sobre la Constitución con los presupuestos para que se debatan al mismo tiempo los objetivos y competencias de la UE y los recursos financieros para llevarlos a cabo.

El presidente del Ejecutivo comunitario insistió en que es necesario avanzar hacia una "Europa de los proyectos" y una "Europa de los resultados". Antes que las cuestiones institucionales, dijo, deberían abordarse los problemas que preocupan a la gente, entre los que mencionó el empleo o la seguridad. "Responder a las preocupaciones de los ciudadanos es seguramente la mejor manera de crear un clima en el que se puedan abordar las cuestiones institucionales", dijo Barroso. En este contexto situó su propuesta de reforzar los poderes de la UE en materia de cooperación judicial y policial, que extendió no sólo a los casos de crimen organizado sino también al terrorismo y la inmigración.

Su nueva iniciativa, que fue bien acogida por los presentes, consistiría en consultar con los Parlamentos nacionales, con carácter previo, las propuestas legislativas que presente la Comisión. El Tratado constitucional incluía un sistema de alerta rápida según el cual, si un tercio de los Parlamentos nacionales se pronuncian en contra de una propuesta de Bruselas por considerar que invade competencias de los Estados, el Ejecutivo comunitario estaría obligado a revisarla.

"No necesitamos esperar a un acuerdo institucional para mejorar y facilitar el examen que hacen los Parlamentos nacionales de la legislación de la UE", enfatizó Barroso. "La Comisión desea transmitir directamente todas sus nuevas propuestas y documentos de consulta a los Parlamentos nacionales, invitándoles a reaccionar", añadió, reconociendo no obstante que las opiniones no tendrán un carácter "vinculante" porque no hay base jurídica para ello.

PASAR DE LA REFLEXIÓN A LAS PROPUESTAS

La principal voz discordante respecto a la Comisión y al Consejo fue la del presidente de la Eurocámara, que defiende poner fin a la reflexión y empezar con las propuestas para salir del actual 'impasse'. Josep Borrell aseguró haber constatado en los debates entre los parlamentarios una "opinión mayoritaria de que el proceso constitucional debe seguir y que el texto no debe ser abandonado". "En mi opinión, probablemente sustentada dentro del Parlamento, pero no me atrevería a decir que es mayoritaria, no sería razonable continuar el periodo de reflexión sin más, no sería bueno. Habría que fijar una guía para la acción, para hacer cosas concretas o decantar propuestas", destacó.

En el mismo sentido se expresó el eurodiputado del PSOE Carlos Carnero, que aseguró que, con la reunión parlamentaria, se ha pasado "de un mensaje en negativo a un mensaje en positivo" y ha quedado claro "el precio que los europeos estamos pagando por no contar con la Carta Magna europea". Carnero se opuso a cualquier intento de "trocear" el texto y se mostró convencido de que estará en vigor, como muy tarde, en 2009. "Se ha acabado el silencio y ha empezado el debate y el tiempo de las propuestas", dijo.