LUXEMBURGO, 8 Jun. (EUROPA PRESS) -
Los Estados miembros subrayaron hoy que la energía sigue siendo una competencia nacional, aunque apostaron por continuar avanzando en la creación de un mercado interior energético y por apoyar que la UE siga una política de vía única en sus relaciones exteriores en este ámbito, en la que algunos países reclamaron un mayor control por parte de las capitales a las acciones de la Comisión Europea.
La situación de la energía en el interior de la UE y su incidencia en las relaciones exteriores con los países productores y suministradores centró los debates del Consejo de Energía que se celebró en Luxemburgo, donde los ministros también evidenciaron la necesidad de garantizar el acceso al petróleo y el gas ruso, aunque sin especificar qué contrapartida podría ofrecer Europa a Moscú.
El ministro de Economía de Austria y presidente del Consejo, Martín Bartenstein, subrayó en la rueda de prensa posterior la importancia de la política energética en el aspecto interno, donde el encuentro de hoy fue "un paso hacia delante" para la construcción de un mercado interior, y también por lo que respecta a la necesidad de que la UE "hable con una sola voz" en sus relaciones con los países productores.
Fuentes comunitarias indicaron que durante la discusión, varios Estados miembros subrayaron que la energía es una política de índole nacional, como Alemania, que constató el "fuerte componente nacional de la energía", y Francia, que aseguró que se trata de "una competencia nacional".
Esta posición se evidenció particularmente en las intervenciones de los ministros con respecto al denominado "documento Solana" en el que el Alto Representante europeo y la Comisión Europea proponen orientar la política exterior hacia el ámbito de la energía con los países productores.
Las fuentes indicaron que hubo un respaldo mayoritario al documento, a pesar de que algunos Estados miembros señalaron la necesidad de que primero se consolide un mercado interior dentro de la UE para que pueda reflejarse en la política exterior comunitaria.
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Por otra parte, países como Alemania o Francia respaldaron la acción del Alto Representante y de la Comisión por lo que respecta a las relaciones con terceros países suministradores de energía, pero reclamando un mayor control de estos movimientos por parte de las capitales europeas.
Así, un Estado miembro que las fuentes rechazaron identificar se quejó de saber de las acciones de la Comisión a este respecto gracias al país tercero contactado y Francia, por ejemplo, demandó ser informada de las iniciativas de Bruselas, de manera que cuando contacte con un país tercero lo haga con un mandato específico del Consejo.
Otros países también se pronunciaron en este sentido, como Bélgica, Países Bajos o Alemania, que indicó que "hay que informar mejor al Consejo de las iniciativas de la Comisión Europea", indicaron las fuentes.
RUSIA.
En relación con este punto, varios ministros se refirieron también al acuerdo global que propone establecer el "documento Solana" entre la UE y Rusia. Alude en concreto a un pacto que cubra todos los productos energéticos con el objetivo de integrar los mercados de la energía de la UE y Rusia "en beneficio mutuo y de manera recíproca, transparente y no discriminatoria".
Esta propuesta se produce en un contexto en el que la Rusia mantiene bloqueada la ratificación de la Carta de la Energía y del Protocolo de Tránsito. Europa reclama a Moscú que facilite las inversiones en su sector energético y el acceso de terceros países a sus gaseoductos, mientras que Rusia reclama a cambio una apertura similar de la UE, que se traduciría en la entrada de la empresa estatal Gazprom en la distribución en los Estados miembros.
Durante el debate, varios ministros aludieron a la necesidad de que Rusia permita el acceso europeo a sus recursos, pero ninguno -y tampoco el comisario de Energía, Andris Piebalgs_se pronunció sobre ningún tipo de compensaciones.
Alemania subrayó la necesidad de que exista una "confianza recíproca por parte de la UE" en Rusia, que Moscú demostrará mediante la ratificación de la Carta de la Energía.
Por su parte, Polonia sí habló de "reciprocidad" con Rusia, un concepto que, según Varsovia, incluye la ratificación por parte del Gobierno de Putin de la Carta de la Energía y del Protocolo de Tránsito y que "las compañías (de la UE) puedan actuar libremente" en el mercado ruso pagando precios fijados por el mercado y no por decisiones políticas, indicaron las fuentes.