Davutoglu reconoce que el proceso de paz con los kurdos está en fase crítica

ESTAMBUL, 17 Feb. (Reuters/EP) -  

   El primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, ha dicho este martes que el proceso de paz con los rebeldes kurdos se encuentra en una fase crítica y que Ankara tiene el derecho a esperar una declaración de los milicianos de que han abandonado la lucha armada.

   Davutoglu ha hablado en rueda de prensa en Pakistán retransmitida en directo por la televisión turca, después de que el brazo político del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) haya pedido pasos concretos a Ankara para avanzar en el proceso, acusando al gobernante AKP de bloquearlo y advirtiendo de que las negociaciones podrían romperse.

   "Todos tenemos el derecho de esperar una declaración de que se renuncia a la lucha armada", ha afirmado.

   El brazo político del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) ha pedido este martes al Gobierno turco pasos concretos para avanzar en el proceso de paz, advirtiendo de que de lo contrario su futuro está en peligro.

   "Nuestro movimiento está en una fase de pensar de forma seria y crítica y de adoptar decisiones", ha afirmado el KCK, un grupo político vinculado con el ilegalizado PKK, en un comunicado publicado en una web próxima a la organización.

   "El partido gobernante AKP debería adoptar pasos concretos. De lo contrario, el proceso de paz se encuentra en una fase muy crítica y peligrosa y cerca del final", ha añadido.

   El Gobierno turco inició las conversaciones con el líder del PKK, Abdulá Ocalan, que está encarcelado en una isla próxima a Estambul, en 2012, en un intento por acabar con tres décadas de lucha armada que han dejado unos 40.000 muertos y han lastrado el desarrollo del sureste del país, predominantemente kurdo.

   El PKK, considerado organización terrorista por Turquía, Estados Unidos y la UE, declaró a continuación un alto el fuego y comenzó a retirarse de Turquía hacia sus campamentos en el norte de Irak, donde tienen su bases sus milicianos. Un fracaso del proceso de paz podría suponer un duro revés para el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, que ha invertido un considerable capital político en él.