Una delegación de líderes tribales iraquíes se reúne con homólogos jordanos para reducir tensiones

MADRID 25 May. (EUROPA PRESS) -

Una delegación conformada por 50 líderes tribales iraquíes se ha reunido este viernes con sus homólogos jordanos en Amán para reducir las tensiones entre ambos países tras la agresión la semana pasada contra varios parlamentarios y activistas por parte de miembros de la Embajada iraquí en Jordania.

Los enviados iraquíes han descrito a los responsables de la agresión como trabajadores de "la Embajada de (el primer ministro iraquí) Nuri Al Maliki" y han mostrado su solidaridad con los agredidos, según ha informado el diario 'The Jordan Times'.

"Estamos aquí para pedir disculpas en nombre del pueblo iraquí, no del Gobierno iraquí", ha dicho Adnan Jawam, un líder tribal del sur de Irak.

La indignación por el suceso ha desembocado en múltiples protestas, y el jueves miembros de la tribu a la que pertenece el parlamentario jordano Dirar Jatatneh, uno de los agredidos, incendiaron un edificio gubernamental en la gobernación de Karak en protesta con la respuesta del Ejecutivo.

Entre los participantes en el acto de protesta en la embajada había varios parlamentarios del partido Baaz, a cuya rama iraquí perteneció el expresidente Saddam Hussein. La protesta tuvo lugar durante un acto para recordar las masacres cometidas durante su régimen, y en la misma corearon cánticos en favor del exmandatario.

El Gobierno de Irak se disculpó ante Amán tras el incidente y la publicación de un vídeo en el que se recogieron las agresiones. La publicación de las imágenes, en las que se veía a personal de la legación diplomática agrediendo a varios activistas, se hizo viral en Internet y provocó reacciones airadas entre la población jordana.

En el vídeo, Jatatneh y el parlamentario Ziad Najdawi son agredidos a puñetazos y patadas y arrastrados antes de ser golpeados con sillas tras corear cánticos en favor del exmandatario iraquí. Tras la publicación del vídeo, cientos de personas se concentraron frente al edificio para protestar contra "la brutalidad empleada contra los activistas".

El Ministerio de Exteriores iraquí acusó a "intrusos" del "enfrentamiento", en aparente referencia a los activistas. Por último, describió la reacción del personal de la Embajada como "un comportamiento aislado de individuos que no representan al nuevo Irak ni a sus valores y objetivos".