DAKAR, 7 Dic. (Reuters/EP) -
La Fiscalía de República Demoráctica del Congo ha anunciado este viernes la detención de un coronel del Ejército congoleño dentro de la investigación por los asesinatos de dos trabajadores de Naciones Unidas en marzo del año pasado mientras investigaban informaciones sobre la comisión de posibles atrocidades en la violenta región de Kasai Central.
Se trata del primer militar detenido por los asesinatos de la sueca Zaida Catalan y el estadounidense Michael Sharp. Ambos intentaban verificar una masacre durante un enfrentamiento entre el Ejército congoleño y las milicias Kamuina Nsapu.
El Gobierno responsabilizó en un primer momento a los guerrilleros pero luego acabó reconociendo que sus propias fuerzas podrían haber estado involucradas.
El coronel detenido ha sido identificado como Jean de Dieu Mambweni , que hasta ahora ha negado toda implicación en las muertes de los trabajadores, y que no les conocía de nada.
Sin embargo, la Fiscalía de la ciudad de Kananga, en el centro del país, ha presentado una grabación en la que se puede escuchar la voz del coronel, reunido con los supervisores -- los abogados defensores han confirmado de hecho que la propia Catalan quien registró la conversación -- dos días antes de sus asesinatos.
La defensa del coronel ha pedido al entonces ministro del Interior y favorito actual para la sucesión de la Presidencia del país, Emmanuel Ramazani Shadary, que comparezca ante el tribunal para explicar el contexto político y social que rodeó a las muertes de ambos trabajadores.
El director de la Amnistía Internacional para África Oriental, el Cuerno de África y los Grandes Lagos, Muthoni Wanyeki, ha señalado que estas muertes "son un recordatorio de la necesidad urgente de poner fin a la violencia en la provincia de Kasai, que ha dejado al menos 400 muertos".
Asimismo, ha solicitado a las autoridades que "faciliten la investigación de Naciones Unidas y garanticen que los responsables rinden cuentas".
Kasai Central ha venido registrando enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y la milicia Kamuina Nsapu en los que, según la ONU, han muerto al menos 400 personas y unas 200.000 se han visto obligadas a abandonar sus hogares.
