ROMA, 22 Mar. (EUROPA PRESS) -
La Organización para la Alimentación y la Agricultura de Naciones Unidas (FAO) advirtió hoy, con motivo del Día Mundial del Agua, de que el aumento de la producción alimentaria en un mundo en el que 852 millones de personas padecen subnutrición crónica sólo será posible mediante una gestión adecuada del agua, en particular a través del fomento de los sistemas de irrigación, que "garantizan la producción, la productividad y la diversificación agrícola" y permiten la creación de empleo y mayores ganancias económicas.
En un comunicado difundido hoy, la agencia recuerda que se prevé un aumento de la población de 2.000 millones de personas de aquí a 2030. "Sólo será posible alimentar a este creciente número de personas y reducir el hambre si se logra incrementar considerablemente el rendimiento agrícola", advirtió. "El aumento de la producción alimentaria dependerá en gran medida de las inversiones en gestión del agua", añadió.
Según la FAO, la agricultura es el sector que consume más agua dulce, ya que utiliza alrededor del 70 por ciento del total extraído. A medida que disminuyen los recursos hídricos y se intensifica la competencia de otros sectores por el agua, el sector agrícola se enfrenta al complejo desafío de producir más alimentos de mejor calidad usando menos agua y de asegurar la sostenibilidad del medio ambiente.
La disponibilidad de agua varía enormemente según las regiones, y en algunas zonas es muy escasa. Sin embargo, asegura la FAO, incluso en zonas con un suministro hídrico limitado "la irrigación puede incrementar mucho la productividad agrícola y es fundamental para mejorar la seguridad alimentaria".
LA IRRIGACIÓN
Casi toda el agua usada para cultivar se obtiene de la humedad del suelo aportada por las lluvias, y la irrigación proporciona solamente un 10 por ciento del agua destinada a la agricultura, señala el informe. No obstante, la irrigación "tiene una función vital", ya que cuando llueve poco o con irregularidad "garantiza la producción agrícola y permite a los agricultores diversificarse e invertir en opciones agrícolas más productivas".
Ello "no sólo significa una mayor seguridad alimentaria y una mejor nutrición para la población rural, sino también la creación de empleos, mayores ganancias y mejores oportunidades comerciales", señala la agencia de la ONU.
En este sentido, la FAO asegura que la productividad de las tierras de regadío es aproximadamente tres veces mayor que la de las tierras de secano. Aún cuando la agricultura de regadío cubre apenas el 20 por ciento de las tierras cultivadas del mundo, contribuye con el 40 por ciento del total de la producción de alimentos.
Según la FAO, los recursos hídricos subexplotados de algunas zonas de África ofrecen grandes posibilidades para el riego, sobre todo mediante la utilización de tecnologías sencillas y poco costosas. África usa menos del 6 por ciento de sus recursos hídricos renovables, comparado con el 20 por ciento en Asia. Además, en África se riega sólo el 7 por ciento de la tierra cultivable, comparado con el 38 por ciento de Asia.
SISTEMAS DE GESTIÓN EFICACES Y DE BAJO COSTO
A juicio de la organización, los pequeños sistemas de recolección de aguas, riego y drenaje realizados en el ámbito de las comunidades rurales con mano de obra local ofrecen una opción "eficaz y de bajo costo" para mejorar la gestión del agua.
"Estas soluciones no tienen por qué ser complicadas y, en ocasiones, suponen cambios menores en la manera de hacer las cosas", indica el comunicado. Por ejemplo, la captación de agua mediante estructuras que van desde surcos hasta pequeñas presas permite al agricultor conservar el agua pluvial y dirigirla a los cultivos. Del mismo modo, conducir el agua sólo adonde es necesaria, como sucede en el riego por goteo, a menudo es más eficaz que anegar campos enteros o usar aspersores.
"Es necesario instaurar estrategias de gestión de los recursos hídricos cuidadosamente estudiadas, junto con programas destinados a mejorar la eficacia y la productividad en la utilización del agua", afirmó el jefe del Servicio de Recursos, Fomento y Aprovechamiento de Aguas de la FAO, Pasquale Steduto.
Aparte, los sistemas públicos de irrigación --que representan el grueso de los sistemas de riego en el mundo-- "han contribuido a reducir la pobreza y a disparar la producción agrícola en Asia, Oriente Próximo y en algunas partes de América Latina, pero muchos de estos sistemas están anticuados y afrontan actualmente el desafío de su modernización", prosigvue la FAO.
"Es necesario contar con mejores infraestructuras y servicios hídricos más flexibles y fiables para hacer frente a la evolución de las condiciones del mercado y a las prioridades sociales y ambientales", advirtió Steduto.
"El crecimiento económico sostenible en muchos países en desarrollo sólo es posible por medio de un fuerte sector agrícola", afirmó, por su parte, la subdirectora general de la FAO, Louise Fresco.
"Para incrementar la producción alimentaria de manera sostenible, se vuelven necesarias sustanciales inversiones públicas y privadas en infraestructura, tecnología y perfeccionamiento de la capacidad técnica de los agricultores y de los responsables de la gestión del agua", prosiguió. "La mejor ordenación del agua es el motor de crecimiento del desarrollo rural", añadió.