Hospital destruido por misiles en la provincia siria de Idlib - REUTERS / AMMAR ABDULLAH - Archivo
NUEVA YORK, 30 Jul. (Reuters/EP) -
Al menos dos tercios del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, incluidos Estados Unidos, Francia y Reino Unido, han pedido este martes al secretario general de la ONU, António Guterres, que investigue los ataques contra instalaciones médicas respaldadas por el organismo en el noroeste de Siria.
El Ejército de Siria, respaldado por Rusia, inició en abril una ofensiva contra la provincia de Idlib (noroeste), la única que se encuentra en manos de la oposición. Los combates han dejado 450 civiles muertos y más de 440.000 desplazados.
El Consejo de Seguridad de la ONU se ha visto bloqueado en los asuntos relacionados con Siria debido al veto de Rusia y China, lo que ha impedido medidas contra el Gobierno de Bashar al Assad.
Fuentes diplomáticas citadas por la agencia de noticias Reuters han detallado que los países que han apoyado el llamamiento a Guterres son Alemania, Bélgica, Estados Unidos, Francia, Indonesia, Kuwait, Perú, Polonia, Reino Unido y República Dominicana.
"Al menos catorce instalaciones apoyadas por la ONU en la lista de instalaciones fuera de conflicto han resultado dañadas o han sido destruidas en el noroeste de Siria desde finales de abril", han dicho al secretario general de la ONU.
"Por ello, pedimos respetuosamente que considere abrir una investigación interna en torno a los ataques que han dañado o destruido instalaciones apoyadas por la ONU en el noroeste de Siria y que informe rápidamente", han agregado.
Así, han recordado que el ex secretario general de la ONU Ban Ki Moon usó sus poderes en 2016 para abrir una investigación en torno a un ataque contra un convoy humanitario de la Media Luna Roja Árabe Siria en Alepo.
El portavoz de Guterres Farhan Haq ha confirmado que representantes de diez países se han reunido con el secretario general de la ONU y ha subrayado que "se considerará su petición".
El coordinador para Asuntos Humanitarios y Respuesta de Emergencia de Naciones Unidas, Mark Lowcock, ha resaltado durante la jornada que decenas de instalaciones médicas han sido bombardeadas, a pesar de que las coordinadas sobre su posición habían sido entregadas a las partes en conflicto.
"¿Se está usando esa información como se pretende, para proteger las instalaciones (...) o se está usando para atacarlas?", se ha preguntado tras comparecer ante el Consejo de Seguridad de la ONU.
Los citados diez países han reclamado además a Guterres que investigue por qué el mecanismo de reducción de conflictos no ha disuadido los ataques. Rusia y Siria han negado estar atacando infraestructura civil y han puesto en duda la veracidad de las fuentes usadas por la ONU.
SIRIA DEFIENDE LA OFENSIVA
El enviado de Siria ante la ONU, Bashar al Yaafari, sostuvo el 16 de julio que 119 hospitales y centros médicos "han quedado fuera de servicio desde que fueran tomados por grupos terroristas".
"Ya no cumplen su función original y no pueden ser considerados hospitales, centros sanitarios o siquieran 'objetos civiles' bajo el Derecho Humanitario", sostuvo en su misiva.
La enviada británica ante el organismo, Karen Pierce, ha argumentado que la carta de Al Yaafari supone un reconocimiento por parte de Damasco de sus ataques contra hospitales.
"Se trata de un crimen de guerra y merece una investigación profunda para que las unidades responsables, los comandantes militares responsables y los políticos que dieron las instrucciones sean llevados ante la justicia", ha remachado.
La provincia de Idlib se encuentra en manos de varios grupos armados, el más importante de los cuales es Hayat Tahrir al Sham, vinculado a Al Qaeda. Siria ha defendido que la ofensiva es parte de su lucha contra el terrorismo en el país.