Diez razones por las que las mujeres abandonan Arabia Saudí

Mujeres saudíes en Riad
HAMAD I MOHAMMED/REUTERS - Archivo 
Actualizado: sábado, 2 febrero 2019 8:27

   MADRID, 2 Feb. (Por Human Rights Watch) -

   Rahaf al Qunun, la mujer saudí que consiguió escapar de los abusos de su familia, ha arrojado luz sobre las incontables mujeres atrapadas en el abusivo sistema de guardianes en Arabia Saudí. En virtud de este sistema, un hombre controla la vida de la mujer desde que nace hasta que muere.

   Cada mujer debe tener un guardián varón, normalmente el padre o marido, pero en algunos casos es un hermano o incluso un hijo, quien tiene el poder de tomar decisiones críticas en su nombre. Con ello, el Estado trata a las mujeres saudíes casi como menores legales permanentes.

   "La búsqueda de libertad de Rahaf al Qunun ha expuesto de nuevo una serie de prácticas discriminatorias y políticas que quitan poder a las mujeres saudíes y las dejan vulnerables a los abusos", denuncia el subdirector para Oriente Próximo de HRW, Michael Page.

   Estos son diez motivos por los que las mujeres saudíes están huyendo de su país:

   1. Sin libertad para viajar u obtener un pasaporte.

   Las mujeres no pueden solicitar un pasaporte o viajar fuera del país sin la aprobación de su guardián, restricciones que el Ministerio del Interior se encarga de imponer y aplicar. En la práctica, a algunas mujeres se las impide salir de casa y los guardianes pueden pedir una orden judicial para que una mujer regrese al hogar familiar.

   2. Sin libertad para elegir marido y matrimonio infantil.

   Las autoridades limitan la capacidad de la mujer de casarse libremente al exigir que obtenga el permiso de un guardián varón. El consentimiento de la mujer suele dar de forma oral antes de un responsable religioso que oficie el matrimonio y tanto la mujer como su guardián deben firmar el contrato matrimonial. Los hombres, por contra, pueden casarse con cuatro mujeres de una vez.

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   Además, la legislación saudí no fija una edad mínima para casarse. La prensa ha informado de casos de niñas de hasta 8 años que han sido casadas. El 9 de enero de 2019, el Consejo de la Shura, un órgano asesor, aprobó una propuesta para fijar en 18 años la edad mínima, aunque se permiten excepciones para chicas de entre 15 y 18 años con autorización judicial. La propuesta debe aprobarla el Gobierno.

   3. Violencia doméstica.

   Muchas mujeres son víctimas de violencia doméstica, en algunos casos entre esposas. Arabia Saudí criminalizó la violencia doméstica en 2013 pero los activistas han denunciado la falta de aplicación de la ley. Según el Programa Nacional de Protección de la Familia, un 35 por ciento de las mujeres han experimentado violencia. El sistema de guardianes hace muy difícil para las víctimas buscar protección u obtener compensación judicial.

   Además, el sistema de guardianes facilita la violencia doméstica al garantizar a los parientes varones una gran cantidad de control sobre las vidas de las mujeres. Controlar sus movimientos es en sí mismo una forma de violencia doméstica.

   Las mujeres que intentan huir de un marido o una familia abusiva pueden ser detenidas y devueltas a sus familias. Si huyen o son remitidas a refugios, no pueden marcharse a menos que se reconcilien con sus familiares o acepten un matrimonio concertado. Los refugios y las autoridades no facilitan la capacidad de las mujeres de vivir de forma independiente.

   4. Discriminación laboral.

   El reino ha incrementado las oportunidades laborales para las mujeres en los últimos años en áreas anteriormente vedadas. El Gobierno saudí no impone restricciones formales sobre las mujeres que quieren trabajar, no se penaliza a las empresas públicas o privadas que exigen el consentimiento del guardián o restringen los empleos a hombres. Las estrictas políticas de segregación por sexos también desincentivan la contratación de mujeres.

   5. Discriminación sanitaria.

   Un código médico ético de 2014 elaborado por una institución estatal estipula que el consentimiento de la mujer debería ser suficiente para que reciba atención médica. Sin embargo, en la realidad depende de las normas internas de los hospitales el pedir consentimiento al guardián y el Gobierno no penaliza a los centros que lo hacen. El hecho de solicitar dicho consentimiento, según ha documentado HRW, expone a las mujeres a dolor prolongado o, en casos extremos, a poner en peligro su vida.

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   6. Desigualdad en el divorcio, la custodia familiar y la herencia.

   Arabia Saudí basa su sistema legal en la ley islámica, pero al contrario que otros países de mayoría musulmana, no cuenta con una legislación familiar escrita. Así, el derecho de las mujeres al divorcio está más restringido que en el caso de los hombres, quienes pueden divorciarse de forma unilateral sin condiciones. El hombre no tiene que informar a la mujer de que va a divorciarse, ni esta debe estar presente en el tribunal para que su marido reciba el acta de divorcio.

   No obstante, este enero las autoridades introdujeron un sistema de notificación para que las mujeres reciban un mensaje de texto cuando su marido registra el divorcio en el tribunal. Sin embargo, muchas veces los hombres se divorcian de forma oral sin documentación, lo que obliga a la mujer a demostrar en los tribunales que sus maridos se han divorciado.

   El proceso de divorcio es más largo y costoso para las mujeres. Deben buscar un divorcio 'khul', en virtud del cual el hombre accede a divorciarse a cambio de que la mujer devuela toda la dote, o solicitar en los tribunales un divorcio por falta por ciertos motivos, y debe demostrar dicha falta, como maltrato por parte del marido. A falta de una legislación, es el juez el que dictamina si ha habido maltrato. Durante todo el proceso, el marido sigue siendo el guardián.

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   Aunque los tribunales pueden permitir a los hijos vivir con sus madres tras el divorcio, las mujeres no tienen derecho a ser el guardián legal de estos. En general, una vez las niñas cumplen 7 años pasan a la custodia del padre y los chicos pueden decidir con 9 años con qué progenitor vivir.

   En lo relativo a la herencia, como en la mayoría de países de mayoría musulmana, las mujeres solo heredan la mitad de lo que reciben los herederos varones.

   7. Retos para transferir la tutela.

   En algunos casos, las mujeres pueden transferir la tutela legal de un pariente a otro, pero es un proceso legal extremadamente difícil. Según la investigación de HRW, solo suele producirse en casos en los que la mujer puede demostrar graves abusos o el guardián es incapaz de cuidar de ella. Incluso entonces, solo puede hacerse por orden judicial.

   8. Restricciones a abandonar la prisión y los refugios.

   Las prisiones y los centros de detención juvenil solo permiten a las mujeres salir bajo cuidado de un pariente varón. Las mujeres encarceladas cuyas familias rechazan liberarlas se ven obligadas a permanecer en prisión o en refugios hasta que se reconcilian u obtienen un nuevo guardián, en ocasiones solo después de un matrimonio pactado.

   9. Restricciones a estudiar en el extranjero.

   Al contrario que los hombres, las mujeres no pueden estudiar en el extranjero en el marco de las becas gubernamentales sin el consentimiento de su guardián y, aunque no siempre se aplica, las normas exigen que un pariente varón las acompañe durante sus estudios.

   10. Represión política.

   Bajo el príncipe heredero Mohamed bin Salmán, las autoridades saudíes han intensificado una campaña de represión coordinada contra los disidentes, activistas de Derechos Humanos y clérigos independientes. En 2018, esta represión se extendió a destacadas defensoras de los derechos de las mujeres que abogaban por acabar con el sistema de guardianes.

   El 15 de mayo, semanas antes de que se levantara la prohibición de conducir a las mujeres el 24 de junio, se produjeron arrestos de destacadas activistas, varias de las cuales fueron acusadas de graves delitos como traición.

   Para noviembre, al menos diez mujeres seguían detenidas sin cargo, aunque algunos de los cargos anticipados conllevan hasta 20 años de cárcel. Además, ONG de DDHH han denunciado torturas contra al menos cuatro de las mujeres detenidas como electroshocks, flagelaciones y acoso y agresión sesual.

((Este artículo es una adaptación al original publicado por HRW))

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