KINSHASA, 21 Dic. (Reuters/EP) -
La capital de República Democrática del Congo (RDC), Kinshasa, registra este miércoles disparos esporádicos un día después de que las fuerzas de seguridad mataran a 26 manifestantes que reclamaban al presidente del país, Joseph Kabila, que dimita tras expirar su mandato el lunes.
El balance ha nivel nacional ha sido recopilado por Human Rights Watch (HRW), que ha aclarado que éste no es definitivo, mientras que el Gobierno no se ha pronunciado al respecto. Por su parte, el director de Derechos Humanos de la ONU para el país africano ha afirmado que hay informaciones "sólidas" de al menos 20 civiles muertos en Kinshasa.
Algunos residentes de la capital se han aventurado a salir de sus casas este miércoles pero la mayoría de las calles apenas presentan tráfico y el transporte público es muy limitado.
Las protestas comenzaron a primera hora del martes, después de que el mandato de Kabila expirara sin que se hayan celebrado las elecciones para elegir a su sucesor. En virtud de un acuerdo alcanzado en octubre con una parte de la oposición, éstas deberían celebrarse en abril de 2018.
El nuevo primer ministro, Samy Badibanga, tomó posesión este martes al frente de un gobierno de unidad nacional acordado en virtud del citado acuerdo y aprovechó para llamar a la calma. "Me gustaría lanzar un llamamiento a la paz y la tranquilidad en toda la república", dijo, según informa Radio Okapi, la emisora de la misión de la ONU en el país.
Asimismo, lanzó un mensaje a los jóvenes, especialmente desencantados con el presidente y con la grave situación económica del país. "Reitero mi compromiso de hacer todo lo posible para responder a sus expectativas y aspiraciones para mejorar su bienestar y les insto a no ceder a la desesperación y a las maquinaciones de ningún tipo", señaló.
Además de los disturbios en Kinshasa, donde jóvenes han quemado neumáticos y lanzado piedras contra policías y soldados que respondieron con gases lacrimógenos y munición real, también ha habido enfrentamientos en Lubumbashi (sureste) y en las ciudades portuarias de Matadi y Boma (oeste) y en Goma (este), cerca de la frontera con Ruanda. En todas ellas se han producido decenas de arrestos.