Rodrigo Duterte y la vicepresidenta Leni Robredo - REUTERS/ERIK DE CASTRO - Archivo
MANILA 5 Nov. (Reuters/EP) -
El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, ha nombrado a su principal rival política, la vicepresidenta del país, Leni Robredo, como copresidenta de la Comisión Antidroga, una decisión que ha adoptado después de que la dirigente criticara la campaña de guerra contra el consumo y tráfico de estupefacientes puesta en marcha por el mandatario desde su llegada al poder en 2016.
El decreto de nombramiento llega después de que Robredo, que ganó las elecciones a la Vicepresidencia del país presentándose por un partido rival, criticara en una entrevista con Reuters los resultados y las consecuencias de la guerra contra la droga de Duterte, que ha acabado con la vida de más de 6.000 personas por supuesta resistencia en operaciones policiales.
El portavoz de la Presidencia de Filipinas, Salvador Panelo, ha dicho este martes que el decreto por el que Rodrigo Duterte nombra a Robredo como copresidenta de la Comisión Antidroga es auténtico y no es una jugada política para desacreditarla, como sostiene el equipo de la vicepresidenta. En concreto, ha asegurado que el mandatario ha dado orden a todas las agencias para que apoyen por completo a la vicepresidenta, que por razón de su cargo no forma parte del Ejecutivo encabezado por Duterte.
"Si ha estado criticando la guerra contra la droga por ineficaz, entonces debe tener ideas en su cabeza para hacerla efectiva", ha afirmado Panelo. De 54 años de edad, Robredo fue elegida vicepresidenta del país tras imponerse en las elecciones para este cargo como candidato de un partido distinto al de Duterte y, desde entonces, ha sido una de las voces críticas con la gestión del mandatario.
Robredo no ha confirmado si asumirá el cargo que ahora le asignado Duterte aunque su portavoz ha intentado dejar claro que no hará de cabeza de turco para que le achaquen los fallos de la campaña contra la droga puesta en marcha por el presidente del país.
Duterte mantiene su elevada popularidad a pesar de las críticas internacional contra su campaña de guerra contra la droga, que los grupos defensores de los Derechos Humanos han denunciado por considerar que encubre ejecuciones sistemáticas de sospechosos por parte de la Policía y las fuerzas de seguridad. La Policía rechaza las acusaciones y dice que las cerca de 7.000 personas abatidas en la campaña antidroga murieron porque se resistieron cuando iban a ser detenidas.
Duterte está especialmente contrariado por la decisión del Consejo de Derechos Humanos de poner en marcha una investigación sobre las muertes registradas en la campaña contra la droga y por el examen preliminar de esta iniciativa impulsado por la Fiscalía del Tribunal Penal Internacional.
Aliados del presidente de Filipinas han emplazado a la vicepresidenta del país a aceptar el cargo que le ha asignado el mandatario, mientras que la Policía y la Junta contra Drogas Peligrosas han celebrado la incorporación de una política con experiencia, ideas y nueva perspectiva.
El analista político Ramon Casiple ha asegurado que, dejando la política a un lado, Robredo no tiene margen para rechazar el nombramiento. "Hay una obligación, no solo una decisión personal. Si uno ha sido elegido y el presidente solicita ayuda, hay que dársela", ha indicado.
Duterte ha llegado a insultar en público a Robredo, que lidera un partido con cada menos peso e influencia política, por haber abogado por afrontar el problema del consumo y tráfico de drogas desde una perspectiva social y de salud, en lugar de con la acción de las fuerzas de seguridad.
Los activistas de Derechos Humanos sostienen que las fuerzas de seguridad están actuando con impunidad en la lucha contra la droga, con el respaldo de un presidente que en su día llegó a prometer que mataría a 100.000 traficantes y que estaría contento si se sacrificara a millones de drogadictos.