BEIRUT/JERUSALÉN, 25 Jul. (EUROPA PRESS) -
La diplomacia trabaja a marchas forzadas para conseguir que la reunión internacional que acogerá el miércoles Roma sirva para poner fin a las hostilidades entre Israel y Hezbolá. Estados Unidos, la Unión Europea y el mundo islámico han intensificado sus gestiones, al tiempo que las dos partes en conflicto recrudecen sus enfrenamiento. La milicia chií, además, ha asegurado que, de proseguir la escalada de violencia, no habrá "lugar seguro" para los israelíes en todo el mundo.
Condoleezza Rice, secretaria de Estado norteamericana, ya se encuentra en la región. Y su primera parada, que no estaba prevista, fue todo un gesto: Beirut, la capital libanesa. Allí se entrevistó con el primer ministro libanés, Fuad Siniora. Rice se desplazó posteriormente a Israel y a la Autoridad Palestina para entrevistas con sus líderes, antes de acudir a Roma.
El objetivo de todas las partes es el mismo: finalizar con la violencia y llegar a algún tipo de acuerdo. Tony Blair, primer ministro británico aseguró que "lo que ocurre actualmente en Líbano es una catástrofe". Blair adelantó que está trabajando en un plan para que se pueda producir ese cese de la violencia, "un tratado de paz que incluiría una fuerza internacional y la liberación de los dos soldados israelíes capturados por Hezbolá".
Desde el mundo árabe e islámico también se hacen gestiones. Egipto y Arabia Saudí podrían haber comenzado ya conversaciones con Siria para que este país retire su apoyo a Hezbolá. Estos dos países, tienen grandes lazos con Estados Unidos, por lo que Washington podría haber pedido a ambos ayuda para pacificar la zona a cambio de que Estados Unidos redujera la presión que ejerce sobre sus aliados árabes moderados para que efectúen amplias reformas democráticas. La Conferencia Islámica tiene también entre sus planes celebrar una reunión al más alto nivel.
En cualquier caso, la tarea no es fácil. El incidente que provocó la actual crisis, el secuestro de dos soldados israelíes a manos de la milicia chií, sigue sobre la mesa. El ministro libanés de Relaciones Exteriores, Fawzi Saluk, aseguró que ambos está "bien y con buena salud". Según dijo, se basa en lo que el líder de Hezbolá, el jeque Hassan Nasralá, ha dicho. Pero lo cierto es que se desconoce a ciencia cierta qué ha sucedido con Ehud Goldwasser y Eldad Reguev.
DOS MILICIANOS CAPTURADOS
Y, al mismo tiempo, las hostilidades se recrudecen. Israel, según explicaron funcionarios militares, ha capturado a dos militantes de Hezbolá durante uno de los enfrentamientos que se produjeron el domingo al sur de Líbano. El Ejército israelí, en todo caso, no ha confirmado públicamente esta noticia todavía. Lo que sí está claro es que Israel ha ampliado su presencia en el sur de Líbano, para ir recuperando ciudad a ciudad todo el territorio controlado por Hezbolá.
En esta zona, en Rehahia, a unos cuatro kilómetros al sur de la frontera de Líbano, un helicóptero Apache israelí se estrelló y murieron sus dos pilotos. Ya son cuatro los aparatos israelíes que se han estrellado desde el comienzo de la crisis. Hezbolá, además, ha anunciado la destrucción de hasta cinco tanques israelíes en los enfrentamientos al sur de Líbano.
El líder de Hezbolá, de hecho, llegó a proclamar que "una incursión israelí no obtendrá ningún resultado político si no se alcanzan los objetivos declarados, principalmente poner fin a los establecimientos sionistas en el norte de la Palestina ocupada". "Le aseguro que este objetivo no será alcanzado, Dios mediante, con una incursión israelí", sentenció el jeque Nasralá.
Hossein Safiedin, representante de Hezbolá en Irán, fue incluso más lejos. "Vamos a hacer que Israel no sea seguro para los israelíes. No habrá ningún lugar en el que estén a salvo. Veréis un nuevo Oriente Próximo al modo de Hezbolá y el Islam, no al modo de Rice e Israel", dijo. Safiedin proclamó que la milicia chií ampliará los ataques y Hezbolá conseguirá que "esta guerra sea recordada como el principio del fin para Israel".