EEUU.- Los avances en Oriente Próximo y proyectos menores caracterizarán el discurso de Bush sobre el Estado de la Unión

WASHINGTON 30 Ene. (EUROPA PRESS) -

La esperada alocución que el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, pronunciará mañana sobre el 'Estado de la Unión' dejará de lado los grandes proyectos que, como el año pasado, acompañaron sus discursos anteriores y en esta ocasión se centrará en empresas de menor calibre aunque continuará persistiendo en los avances logrados en la lucha contra la tiranía en Oriente Próximo.

La pasada legislatura se caracterizó por ser un difícil periodo de materialización de las estrategias que el republicano tenía previsto llevar a cabo, como sirve de ejemplo su fracaso a la hora de poner en práctica una reforma de la Seguridad Social, proyecto estrella de 2005, que unió a la clase política y la unión pública en un estrecho abrazo en su contra.

El presidente estadounidense tratará en su discurso de mañana sobre uno de los problemas que más han preocupado a los estadounidense durante 2005, el alza de los precios del combustible e intentará reformar algunas de las iniciativas que acompañaban el paquete de medidas incluidas en la ley sobre energía que aprobara el pasado año.

La pasada semana Bush ya dejó caer una pequeña píldora de su visión sobre el futuro energético del país cuando recomendó a los responsables de General Motors y Ford llevar a cabo cambios en el mercado automovilístico que se pudiera traducir en coches más "relevantes", "competitivos" y capaces de consumir menos.

Las propuestas que salpicarán el discurso de Bush sobre investigación en motores de célula de combustible, alimentados por hidrógeno o etanol, no son nuevas entre las iniciativas del presidente, aunque la guerra en Irak y los desastres naturales no le hayan permitido concretar ninguna de ellas. Durante su primera legislatura Bush expresó ya su deseo de avanzar en esta materia.

Sin embargo, el rotundo fracaso de su reforma de la Seguridad Social y la incertidumbre en Oriente Próximo le llevará a centrarse este año en materias más cercanas al pueblo estadounidense como el alza de los combustibles, que ha dañado de forma contundente sus bolsillos y amenaza con disparar los precios y frenar el crecimiento económico del país.