WASHINGTON, 17 May. (EP/AP) -
Los representantes norteamericanos en el Congreso han denunciado al Gobierno de Birmania por la ofensiva de la junta militar en el poder contra la minoría étnica Karen, mientras docenas de manifestantes protestaron ayer martes frente a la embajada del país asiático en Washington.
"Los matones de Rangún están de caza", afirmó el representante Joe Pitts en un comunicado. "El mundo sabe lo que está pasando en Birmania, y si la comunidad internacional no reacciona, somos todos cómplices en las atrocidades del régimen", denunció.
Naciones Unidas afirma que los principales ejecutores son los miembros de la contrainsurgencia, que ha llevado al exilio a miles de personas, la mayoría de la etnia Karen, a pesar de que el Gobierno birmano afirma que sus acciones son necesarias para evitar atentados, así como otros ataques contra el Gobierno.
Los representantes parlamentarios ha criticado la falta de acceso de los miembros de la ONU, de organizaciones humanitarias o de periodistas a la zona, "cosa que no ocurre ni en Sudán", afirmó Pitts.
Mientras, docenas de personas con un cartel con el número "2800" --en relación al número de pueblos que afirman han sido destruidos por el Ejército birmano-- se manifestaron delante de la embajada de Birmania en Washington. La junta militar ostenta el poder en Birmania --también llamada Myanmar por el régimen-- desde 1962, y los actuales miembros se negaron a entregar el mando al partido político de Suu Kyi tras su victoria en las elecciones generales de 1990.