WASHINGTON 7 Jul. (EP/AP) -
El presidente estadounidense, George W. Bush, declaró hoy que la deportación de los extranjeros indocumentados que viven en Estados Unidos es "impracticable", por lo que se seguía trabajando en la armonización de las tendencias radicalmente opuestas de las dos cámaras del Congreso.
"Confío en que si todos seguimos trabajando en eso, podremos obtener un amplio proyecto de inmigración", afirmó Bush en una inusual rueda de prensa en Chicago, programada en el marco de sus esfuerzos por impulsar su popularidad y no afectar al Partido Republicano en las elecciones legislativas de noviembre.
En el marco de este interés, algunas informaciones de prensa han revelado que Bush estaría incluso dispuesto a aceptar que se apruebe primero el proyecto de la Cámara de Representantes sobre seguridad fronteriza y después el otro, del Senado, sobre el tratamiento a los más de 11 millones de indocumentados.
Con una popularidad nacional que ha descendido a un 37%, según los últimos sondeos, Bush no ha confirmado aún estas versiones. Hoy afirmó que el trabajo continuo en busca de un acuerdo sobre los dos proyectos legislativos "será bueno para el país y servirá para enviar el mensaje de que somos una tierra de población diferente, de diferentes religiones y diferentes procedencias... unidos por el gran ideal americano".
Bush ha propuesto inicialmente un plan de trabajadores temporales sin posibilidad de residencia. Después, aceptó la opción de residencia y también la de una mayor seguridad en la frontera, llegando incluso al emplazamiento de 6.000 efectivos militares de la Guardia Nacional.
"Somos una nación de leyes. Pero podemos ser una nación apasionada cuando se trata de inmigración porque ambas cosas no están en conflicto", aseguró.
Asimismo, consideró que frente a los millones de indocumentados, un extremo es "deportarlos a todos... pero no va a funcionar porque es impracticable". "La otra opción es la ciudadanía automática, lo que se llama amnistía. Esto no funcionará tampoco porque si se amnistía a 8 ó 9 millones de personas que están aquí ilegalmente equivaldrá a invitar a venir a otros 8 ó 9 millones más", agregó.
Bush explicó que "la mejor solución" al problema es hacer ver a los indocumentados que "hay una responsabilidad" que atender por haber entrado violando las leyes nacionales. Para ello era necesario fijar una multa, demostrar que no se tiene antecedentes penales y ponerse en la fila para la residencia, comentó. "Este es un plan de amplio alcance", apostilló.