SAN DIEGO, 26 Sep. (EP/AP) -
Un ex inspector fronterizo se declaró culpable de permitir el paso a centenares de inmigrantes ilegales a Estados Unidos a cambio de pagos en efectivo de una red de traficantes de personas, cuando trabajaba como responsable de aduanas. Michael Anthony Gilliland, de 44 años, enfrentará hasta 35 años de prisión cuando sea sentenciado el 12 de enero.
Gilliland, que fue infante de marina y agente de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos durante 16 años, admitió en una corte federal que guió a los indocumentados por su caseta de control en el cruce fronterizo de la Mesa de Otay en San Diego, California. El reo fue acusado en enero de coordinar con otras cinco personas operaciones de tráfico de personas y de eludir su obligación de revisar los vehículos que transportaban a los indocumentados por los carriles fronterizos que estaban bajo su responsabilidad. Fue arrestado en junio.
Cuatro de los presuntos cómplices también reconocieron el lunes su culpabilidad en relación con el caso. El fiscal Stephen Tokarz dijo que el sexto acusado había llegado a un acuerdo y acudiría a la corte el miércoles. Los fiscales señalaron que Gilliland había recibido entre 70.000 y 120.000 dólares (55.000 y 95.000 euros) desde el 2004.
De acuerdo a documentos judiciales, en grabaciones de llamadas telefónicas intervenidas Gilliland habla en código con dos presuntas cómplices sobre planes de actividades y acerca del número de inmigrantes que pasarían por su caseta.
Gilliland ha estado en arresto domiciliario y está localizado en todo momento gracias a un dispositivo electrónico que lleva en el tobillo desde que entregó una fianza de 750.000 dólares (588.000 euros) a mediados de año.
El asunto de Gilliland es uno de los varios casos de corrupción que han afectado a Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos.
