NUEVA YORK, 6 Abr. (EP/AP) -
Un empleado guatemalteco que fue contratado para limpiar una terraza fue declarado culpable el miércoles de violar y asesinar a un ama de casa cuando ésta se cambiaba para ir a jugar un partido de tenis.
Un jurado del condado de Rockland deliberó menos de cuatro horas antes de declarar a Douglas Herrera Castellanos culpable de homicidio en primer grado por el asesinato de Mary Nagle, de 42 años, el 29 de abril del 2005 en New City (Nueva York).
El esposo de la víctima, Daniel Nagle, lloró cuando se leyó el veredicto y abrazó a sus hermanas. Herrera, de 30 años, enfrenta una posible cadena perpetua sin derecho a libertad condicional cuando sea sentenciado el 15 de mayo.
Varios miembros del jurado lloraron durante el juicio de dos semanas de duración, cuando el forense Lone Thanning se disculpó por dar una explicación tan detallada en las fotografías del cadáver de la víctima cuando enumeró los cortes, la hemorragia y las mutilaciones que sufrió al ser golpeada, cortada y estrangulada en su dormitorio.
"La señora Nagle defendió su vida de forma prolongada. Lo hizo valientemente, cuando trató de evitar a su atacante", indicó el forense.
Los hijos de la víctima, una niña de nueve años y un niño de seis, prepararon regalos para su madre, que hubiera cumplido 43 años durante el juicio, dijo su padre.
El crimen fue descubierto cuando Nagle no fue a jugar al tenis después de haber acordado sustituir a su hermana, Anne Fallon.
Cuando Fallon se enteró de que Nagle no asistió al partido decidió ir a buscarla a su casa. Al llegar vio a Herrera en la lavandería y a continuación vio el escenario del asesinato, relató. Herrera había sido traído a la casa por su empleador, quien le había asignado que lavara la terraza de la familia Nagle.
Herrera, un guatemalteco cuyo permiso de trabajo había expirado cinco meses antes, fue el único testigo de la defensa. Dijo que no recordaba haber entrado a la casa ni haber atacado a Nagle, pero sí recordaba haberse despertado junto a su cadáver ensangrentado.
"Estaba desnuda. Mi pierna derecha estaba sobre ella", relató en español. "Vi mucha sangre, muchas cosas en desorden. Y mi ropa estaba cubierta de sangre".
Indicó que la noche previa había gastado 660 dólares consumiendo cerveza y cocaína, así como con una prostituta.
Una de las cinco hermanas de la víctima dijo en su testimonio que había recibido llamadas del móvil de Nagle, en las que un hombre con acento hispano les relataba con lenguaje obsceno lo que le había sucedido a la víctima. Herrera tenía el teléfono de Nagle cuando fue arrestado.
