LIVINGSTON (TEXAS), 20 (EP/AP)
Un preso del penal de Hunstville (Texas), Michael Dewayne Johnson, se suicidó ayer 15 horas antes de su ejecución mediante inyección letal, dejando un mensaje escrito con su propia sangre en los muros de la celda, de cuyo contenido no han informado las autoridades carcelarias.
Johnson, de 29 años, se suicidó mediante un corte en la garganta y fue encontrado muerto en medio de un charco de sangre por los funcionarios encargados de hacer inspecciones de rutina cada 15 minutos, según informaron las autoridades. El hombre fue declarado muerto en el hospital.
Michael Dewayne Johnson iba a ser ejecutado por el asesinato de un trabajador de una gasolinera de 27 años de edad, pero hasta el final había insistido en que él no causó los disparos y que fue su compañero, David Vest, quien causó la muerte del joven.
"Yo nunca había visto a ese tipo", declaró Johnson en referencia al fallecido en el tiroteo, Jeff Wetterman. Vest cumplió ocho años de cárcel tras un acuerdo con las partes sobre su sentencia, y testificó contra su amigo. Vest se encuentra actualmente libre.
Johnson, de 29 años y que tenía 18 en el momento del crimen, en septiembre de 1995, iba a ser el vigesimosegundo preso ejecutado este año en Texas y el primero de los cinco previstos para las próximas cinco semanas.
Crawford Long, un asesor del fiscal de distrito del condado de McLennan, aseguró que los dos hombres dispararon a Wetterman porque no podían pagar la gasolina con que acababan de repostar un automóvil robado. "Supongo que Johnson tuvo miedo de que en cuanto se fueran él pudiera conseguir el número de la licencia y les buscase la Policía", afirmó.