McALLEN (TEXAS, ESTADOS UNIDOS), 14 Oct. (EP/AP) -
El último de ocho demandados en una organización de tráfico de inmigrantes operada por una familia que extorsionaba, esclavizaba y violaba a mujeres fue sentenciado a 10 años de cárcel, según indicaron el viernes los fiscales federales.
El mexicano Héctor Soto, de 23 años, estuvo prófugo casi tres años antes de ser capturado en abril en un puesto de control migratorio. Se declaró culpable en agosto de albergar a inmigrantes y fue sentenciado el jueves por la noche.
Soto era uno de varios hermanos acusados formalmente en el 2003 bajo cargos de operar una organización que retenía y abusaba de inmigrantes en "casas de seguridad" cerca de la frontera y en Houston hasta que no se les pagaran sus honorarios por el contrabando.
Los fiscales dijeron que la organización mantuvo a cuatro mujeres centroamericanas bajo esclavitud involuntaria en un parque para casas rodantes en el valle del Rio Grande, obligándolas a trabajar en las labores domésticas durante el día y violándolas y golpeándolas por la noche.
Los investigadores dijeron que los miembros del grupo amenazaban a los inmigrantes con matarlos o causarles daño físico si sus familiares u otras personas no pagaban cuotas adicionales por el contrabando.
El caso se abrió después de que algunas personas que pasaban por allí ayudaron a dos de las mujeres que habían sido violadas por varios hombres a la vez y arrojadas a un canal en 2003. Ellas condujeron a la Policía hacia otras dos que estaban detenidas en el parque para caravanas. Las mujeres son oriundas de Guatemala, Honduras y El Salvador, y fueron reubicadas y se les dio asistencia migratoria y para refugiados bajo la Ley de Protección a las Víctimas de Tráfico.
Juan Carlos Soto, de 31 años; Armando Soto Huarto, de 24, y otro codemandado, Martín Cortez Gutiérrez, de 29, se declararon culpables en el 2003 de esclavismo involuntario y tráfico de personas, ambos cargos federales. Juan Carlos Soto y Cortez Gutiérrez también se declararon culpables de violación.
Juan Carlos Soto, el líder del grupo, fue sentenciado en el 2004 a 23 años de cárcel por retener a las mujeres contra su voluntad, obligarlas a trabajar sin sueldo y violar a varias de ellas.
