SALT LAKE CITY (EEUU), 9 (EP/AP)
Las siamesas de cuatro años que compartían un riñón y fueron separadas esta semana respiran con la asistencia de ventiladores y sus cuerpos hinchados por las horas que duró la operación corren aún el riesgo de infecciones peligrosas, comunicó la doctora Rebecka Meyers, jefe de pediatría del Centro Médico Primary Children. De todas formas, se espera que permanezcan en cuidados intensivos durante una semana y en el hospital al menos un mes.
Los médicos finalizaron con éxito las 26 horas que duró la intervención para separar y reconstruir a las niñas, que ahora han de enfrentarse a vidas separadas. El martes, las hermanas Kendra y Maliyah Henrri fueron trasladadas a camas separadas por primera vez en sus vidas. "Cuando realizamos la operación y estábamos listos para llevar a Kendra a la UCI, se me saltaron las lágrimas", dijo el pediatra Michael Matlak.
Las niñas nacieron compartiendo el hígado, un sólo riñón, la pelvis, un par de piernas y parte de los intestinos. Kendra ha conservado el riñón, mientras que Maliyah será sometida a diálisis y recibirá un trasplante de riñón procedente de la madre dentro de tres o seis meses. Los padres, que tienen otra hija de seis años y dos gemelos de 14 meses, tuvieron un mocionante encuentro con sus pequeñas.
Ésta es la primera vez que se separa a dos siameses que comparten el riñón, según anunció la doctora Rebecka Meyers, jefe de pediatría del Centro Médico Primary Children.
Matlak confesó que al principio temieron que la herida en los cuerpos de las niñas provocada por la separación fuera difícil de cerrar. Pero los extensores de tejido situados en la piel y los músculos de las niñas hace unas semanas, combinado con la cirugía plástica, les hizo el trabajo más fácil de lo esperado.