WASHINGTON, 23 Mar. (EP/AP) -
Al grito de "no somos criminales, somos humanos", una dirigente sindical pidió ayer miércoles una amplia reforma de las leyes inmigración que abra el camino a la residencia permanente a los trabajadores indocumentados, en uno de los muchos acontecimientos del debate nacional que se ha apoderado de la nación.
"Somos madres y padres de familia, hijos e hijas", dijo Linda Chávez-Thompson, vicepresidenta de la federación sindical AFL-CIO, la más poderosa de la nación y que está preparando una movilización en las ciudades más importantes para el próximo 10 de abril.
Los organizadores, entre los cuales figuran activistas de varios grupos, incluidos los religiosos, esperan reunir a millares de manifestantes en las ciudades de Chicago, Los Angeles, Nueva York, Filadelfia y Washington.
Hablando en el Capitolio, Chávez-Thompson dijo que los inmigrantes eran trabajadores que pagan impuestos y contribuyen a sus comunidades y deberían ser reconocidos como "miembros de pleno derecho de la sociedad y no como criminales".
La convocatoria para el llamado "Día Nacional de Acción por los Derechos de los Inmigrantes" ha sido apenas una de las múltiples actividades en el día sobre inmigración, como parte del ambiente que precede a la semana en la cual el Senado deberá adoptar un proyecto básico de discusión.
Las tendencias sobre el proyecto final están divididas. Hay quienes proponen que sólo aborde los temas de seguridad fronteriza, pero otros sostienen que debería ser más amplio y resolver, sin llegar a la amnistía, la situación en que se encuentran más de 11 millones de personas que viven ilegalmente en Estados Unidos.
La senadora Hillary Rodham-Clinton, potencial candidata presidencial por el Partido Demócrata en 2008, renovó su oposición al proyecto que la Cámara de Representantes aprobó en diciembre.
Ese proyecto declara como delito civil la presencia ilegal en la nación y establece penas para quienes ayuden a los indocumentados, incluso a quienes les den albergue y comida, y especialmente para quienes les den empleo.
"Este proyecto criminalizaría no sólo al buen samaritano sino al propio Jesús", dijo Clinton hablando en Nueva York.
El Senado se apresta a considerar esa versión así como varios otros proyectos que tratan de encontrar una fórmula que resuelva el difícil problema de la inmigración.
La organización antiinmigrante Minutemen, que tiene como política tomar en sus manos la seguridad nacional literalmente combatiendo a los inmigrantes, anunció un plan para realizar durante todo abril la custodia de un tramo de 40 kilómetros la frontera con México en el estado de Arizona.
"Tendremos hasta 7.000 ciudadanos en guardia", dijo Jim Gilchrist, fundador del grupo. "Hemos demostrado, con un poquito de voluntad política, que nuestra frontera puede ser segura. Es tiempo que el Congreso oiga el mensaje".