EEUU teme que un acuerdo con Afganistán merme su capacidad para frustrar posibles ataques

El representante de EEUU en Afganistán, Zalmay Jalilzad
El representante de EEUU en Afganistán, Zalmay Jalilzad - REUTERS / OMAR SOBHANI - Archivo
Publicado: sábado, 31 agosto 2019 7:30

WASHINGTON, 31 Ago. (Reuters/EP) -

Mientras los equipos negociadores de Estados Unidos trabajan para lograr un acuerdo con los talibán para retirar parte de las tropas estadounidenses de Afganistán, aumentan los recelos entre algunos altos cargos de la Administración Trump que consideran que este acuerdo mermará la capacidad de Estados Unidos de frustrar posibles ataques.

Así, sus preocupaciones chocan con la intención del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de asegurar un acuerdo por el cual el nivel de efectivos en Afganistán se reduciría hasta unos 8.600, poniendo fin a la guerra más larga de Estados Unidos, lo que le permite reclamar una victoria en política exterior mientras hace campaña para la reelección en 2020.

Previamente, el mandatario estadounidense afirmó en Fox News Radio que las tropas estadounidenses se reducirían inicialmente a 8.600 y que entonces tomarían "una decisión desde allí en cuanto a lo que ocurra".

El enviado especial de Estados Unidos para Afganistán, Zalmay Khalilzad, un diplomático estadounidense nacido en Afganistán, ha dirigido nueve rondas de conversaciones con los líderes talibán para poner fin a un conflicto desencadenado tras los ataques del 11 de septiembre de 2001.

A cambio de la retirada de Estados Unidos, los talibán renunciarían a los vínculos con Al Qaeda y garantizarían que Afganistán no fuera utilizado para conspirar operaciones contra Estados Unidos o sus aliados. También iniciarían conversaciones sobre un acuerdo político con el Gobierno afgano, los partidos de la oposición y la sociedad civil.

Ante esta situación, los equipos negociadores estadounidenses han señalado que la retirada de Estados Unidos estaría "basada en condiciones" y que se detendría si los talibán renegaran del acuerdo. Sin embargo, algunos altos cargos norteamericanos no confían en que los talibán y su brazo de operaciones, la red Haqqqani, rompan su relación con Al Qaeda, ni creen que puedan impedir que su aliado planifique ataques.

"Desafortunadamente, no podemos simplemente desear que estas guerras desaparezcan", ha lamentado el representante republicano Michael Waltz, un ex oficial de los 'boinas verdes' que comandó las fuerzas especiales de Estados Unidos en Afganistán. "Nos seguirán a casa", ha manifestado.

Por su parte, un portavoz del Departamento de Estado ha asegurado que Estados Unidos no se fía de los talibán. "Conocemos muy bien la historia de los talibán, incluida la red Haqqani, y su complicada historia con Al Qaeda, que es exactamente la razón por la que cualquier acuerdo, si se llega a uno, será monitoreado y verificado de manera estricta", ha aseverado . "El acuerdo en el que estamos trabajando no se basa en la confianza", ha agregado.

Entre los factores que inquietan a los congresistas estadounidenses está el secreto con el que se han mantenido los detalles de las negociaciones y la incertidumbre de si Trump se ha leído el acuerdo propuesto.

Entre los críticos sobre las conversaciones de Afganistán se encuentra el asesor de seguridad nacional de Trump, John Bolton, según han informado varias fuentes a la agencia de noticias Reuters. Inicialmente, Bolton no fue invitado a una reunión el pasado 16 de agosto en la cual Trump fue informado sobre las negociaciones de Khalilzad.

El Pentágono advirtió en un informe publicado en junio que incluso si se alcanza un acuerdo, Al Qaeda, el Estado islámico y los talibán "seguirían siendo una amenaza sustancial". "Mucha gente está muy nerviosa por esto", ha admitido un portavoz del Pentágono.

Respecto a la verificación del cumplimiento del acuerdo, considera que es competencia de la CIA y de Trump. Sin embargo, la CIA depende principalmente de las tropas estadounidenses para su protección y, a medida que su número disminuye, las agencias de inteligencia estadounidenses tendrían que consolidarse en menos bases, lo que limitaría su capacidad de rastrear las amenazas y obligaría a depender cada vez más de las milicias sustitutivas. "Eso es arriesgado y desafiante, pero no imposible", ha advertido un ex alto cargo de inteligencia.

Actualmente, Estados Unidos cuenta con unos 14.000 militares en Afganistán, de los cuales unos 5.000 se dedican expresamente a operaciones antiterroristas. Trump ha explicado que su plan pasa por reducir el contingente hasta los 8.600 efectivos: "Después, tomaremos una decisión sobre lo que pasa".

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