El Ejército sirio asegura controlar el oeste de la provincia de Homs

Actualizado: viernes, 21 marzo 2014 17:08

CRAC DE LOS CABALLEROS (SIRIA), 21 Mar. (Reuters/EP) -

A las puertas del castillo cruzado de Crac de los Caballeros, recuperado ayer de manos de los rebeldes, un oficial del Ejército sirio ha declarado este viernes que las fuerzas leales al presidente Bashar al Assad tienen actualmente el control de la mitad occidental de la provincia de Homs.

El control de esta zona se produce tras tres meses de logros por parte de las fuerzas gubernamentales contra los grupos de la oposición y sirve para dos objetivos: cortar las vías de suministro de los rebeldes de Líbano, fronteriza con Homs, y garantizar una autopista que une la capital con la costa.

Controlar esta carretera es especialmente importante para Al Assad ya que se usa para transportar los agentes del arsenal de armas químicas para sacarlos del país y destruirlos en alta mar en virtud de un acuerdo internacional.

Numerosos puestos de control del Ejército salpican los 160 kilómetros de carretera desde Damasco hasta la fortaleza de Crac de los Caballeros, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, pero no hay signos de presencia de fuerzas opositoras.

El convoy del Ejército sirio y los periodistas ha cruzado varias localidades en la cadena montañosa de Qalamoun, que también fue recientemente recuperada por las fuerzas gubernamentales.

Los soldados sirios izaron este jueves la bandera nacional en el castillo tras tres meses de asedio. Su reconquista se produce después de que el Ejército recuperara el domingo Yabroud, una de las últimas localidades controladas por los rebeldes en la autopista entre Damasco y Homs.

"Tenemos el control completo del oeste de Homs", ha asegurado a Reuters el oficial, que ha pedido no ser identificado, en la fortaleza, que resultó dañada por proyectiles de mortero después de que los rebeldes se escondieran en su interior.

Los muros externos parecen intactos y solo hay daños menores en el interior, con algunas piedras rotas y agujeros de bala. Los insurgentes han dejado tras de sí camas, platos y libros. Según el oficial, los rebeldes que había en su interior eran extremistas extranjeros de "Arabia Saudí, Palestina y Líbano".