Nicolás Maduro y Rafael Ramírez
REUTERS / CARLOS GARCIA RAWLINS
Actualizado: martes, 5 diciembre 2017 19:17

MADRID, 5 Dic. (EUROPA PRESS) -

El embajador de Venezuela en Naciones Unidas, Rafael Ramírez, ha anunciado este martes que ha dimitido por "deseo" del presidente, Nicolás Maduro, debido a las críticas que ha lanzado públicamente contra el Gobierno y que ha reiterado en su carta de renuncia, donde ha reclamado un liderazgo político de "altura".

"Esta decisión responde a los acuerdos alcanzados en nuestra conversación, una vez recibida la instrucción del presidente de separarme del cargo para que cese, según ha sido su deseo manifiesto, de representar a nuestro país frente a este organismo multilateral", ha dicho en la carta, dirigida al ministro de Exteriores, Jorge Arreaza.

Ramírez ha confesado que "en lo personal esta decisión resulta muy difícil", porque significa dejar de ejercer como "servidor del Estado venezolano, especialmente cuando atravesamos una situación de crisis político-económica donde el frente internacional ha adquirido una relevancia extraordinaria". Pero "no he tenido otra opción", ha enfatizado.

El ex ministro de Petróleo ha recordado a este respecto que ha ocupado "altas responsabilidades", la mayoría durante el Gobierno del fallecido presidente Hugo Chávez, cuya labor política y económica se ha encargado de ensalzar, sin dirigir los mismos halagos a Maduro.

"La lealtad no es negociable", ha sostenido. "Debe ser un ejercicio pleno y activo de apoyo y defensa de los principios e intereses más sagrados de nuestra patria", ha apostillado. "Y la misma me ha llevado a expresar permanentemente mis opiniones con respecto a las difíciles situaciones que estamos confrontando", ha defendido.

Sin embargo, ha aclarado que sus diferencias con Maduro no han influido en sus obligaciones profesionales porque se ha apegado a "las posiciones nacionales en cuanto a los temas de política exterior" en lo que ha considerado un "ejercicio de disciplina".

Ramírez ha afirmado que solo pretendía "compartir una experiencia que a todas luces fue exitosa", en alusión a su etapa junto a Chávez como ministro de Petróleo, para "contribuir a la solución de los problemas", al tiempo que ha subrayado que, si lo hizo públicamente, fue por las "limitaciones" a las que se ha visto sometido desde el Gobierno.

En su opinión, no reconocer los logros anteriores "es solo producto de un cálculo político, egoísta y mezquino" y por ello ha reclamado "altura" en el liderazgo político para realizar una "profunda revisión" de la línea fijada y "movilizar a todas las fuerzas e instituciones en la resolución de los problemas".

A LA CAZA DE "TRAIDORES"

Por otro lado, se ha mostrado consciente de que las consecuencias de su discrepancia podrían ser mayores y, en este sentido, ha advertido de que un ataque "personal" contra él significaría, por su vinculación al ex presidente, "afectar a la unidad de las fuerzas revolucionarias y al legado de Chávez".

"No quisiera imaginar que ahora arreciaran los ataques y los vilipendios por expresar mis opiniones y fijar una posición de alerta en la defensa de la Revolución y el país, como ya han hecho algunas voces ofensivas y arteras. Es la nueva forma de hacer política con 'p' minúscula", ha reprochado.

La semana pasada ya se especuló con que Ramírez había sido destituido, pero él mismo lo desmintió. Su cese se enmarca en la campaña anticorrupción lanzada por Maduro, que se ha traducido en la detención de antiguos altos cargos, sobre del sector petrolero.

Ramírez podría sumarse a este grupo de "traidores", como los llama Maduro. El Parlamento, controlado por la oposición venezolana, denunció el año pasado que el ex ministro habría malversado 11.000 millones de dólares de la petrolera estatal, PDVSA, algo que éste ha negado.

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