NUEVA YORK 20 Sep. (Reuters/EP) -
El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, ha reiterado este lunes que Estados Unidos "no debería amparar a un terrorista como el clérigo Fethulá Gulen", al que acusa de estar detrás del golpe de Estado fallido de julio.
En una entrevista concedida a la agencia británica de noticias Reuters, el mandatario turco ha recalcado que Washington "no tiene excusas" por acoger a Gulen, agregando que las actividades del movimiento Hizmet deberían ser prohibidas a nivel mundial.
"Si Estados Unidos es nuestro aliado estratégico y socio en la OTAN (...) no debería permitir que un terrorista como Gulen liderara su organización", ha recalcado.
Asimismo, ha adelantado que el estado de emergencia impuesto por tres meses tras la asonada militar "podría ser extendido tres meses, un mes, o mas".
"La gente de Gulen se ha infiltrado en todas partes (...) continuaremos identificando y arrestando a los responsables del complot (...) y prorrogar el estado de emergencia podría ayuda en el proceso", ha valorado.
Algunos aliados de Turquía y organizaciones pro Derechos Humanos han acusado a Erdogan de instrumentalizar el golpe de Estado para llevar a cabo una purga y acabar con cualquier tipo de oposición a su Gobierno.
En respuesta, el presidente turco ha criticado a la Unión Europea (UE) por condenar la represión pero mostrar dudas a la hora de condenar la asonada, que se saldó con la muerte de unas 240 personas.
Erdogan ha acusado insistentemente en los últimos años a Gulen de urdir un plan para echarle del poder valiéndose de sus simpatizantes en todos los estamentos del Estado.
La campaña contra Gulen y sus seguidores del movimiento Hizmet se inició después de la apertura de una investigación por corrupción contra varios ministros del Gobierno de Erdogan en diciembre de 2013.
En respuesta, Erdogan acusó a Gulen de promover su derrocamiento a través de una 'estructura paralela' integrada por miembros del aparato judicial y las fuerzas de seguridad que eran afines a Hizmet.
Pese a que el clérigo ha condenado desde Estados Unidos la asonada militar y ha pedido una investigación sobre los hechos, las autoridades turcas insisten en que fue él el principal responsable de lo ocurrido.
LA CRISIS EN SIRIA
Por otra parte, Erdogan ha vuelto a insistir en que el presidente de Siria, Bashar al Assad, no debe continuar en el cargo si se quiere lograr una solución al conflicto en el país árabe.
"El futuro de Siria debe ser decidido por su pueblo. ¿Por qué este asesino --en referencia a Al Assad-- está siendo respaldado por algunos estados?", se ha preguntado.
"Al Assad no puede ser parte de ningún periodo de transición (...) el mundo debe encontrar una solución en la que Al Assad no participe", ha dicho, resaltando que "la integridad territorial siria debe ser respetada por otros países".
Asimismo, ha manifestado que el grupo yihadista Estado Islámico y la milicia kurda Unidades de Protección Popular (YPG) son "la principal fuente de amenaza" para Turquía.
"Hemos sido pacientes. No hemos desplegado todas nuestras tropas en Siria", ha resaltado, asegurando que "Turquía no actuará de forma unilateral para liberar Raqqa", la capital 'de facto' de Estado Islámico en el país.
El Ejército de Turquía lanzó el 24 de agosto la operación 'Escudo del Éufrates' con el objetivo declarado de apoyar a los rebeldes sirios para expulsar de la frontera a Estado Islámico y frenar el avance de las YPG.