NAIROBI 22 Ene. (Reuters/EP) -
La capital de Eritrea, Asmara, ha recuperado la calma después del motín protagonizado por un grupo de 200 soldados eritreos que tomaron las sedes del Ministerio de Información y de la televisión estatal, según han informado fuentes gubernamentales y diplomáticas.
Los militares tomaron los dos edificios para reclamar la liberación de los presos políticos y la aplicación de la Constitución de 1997. El motín indica la existencia de profundas diferencias en el seno del Ejército entre facciones partidarias y detractoras del reclusivo régimen del presidente Isaias Afewerki.
El embajador de Eritrea en Sudáfrica, Salih Omar Abdu, ha declarado a Reuters que el motín fue "un pequeño incidente" en la sede del Ministerio y que se ha restaurado el orden. "La situación en Asmara y en todas partes no es diferente de la de cualquier otro día", ha asegurado.
La televisión estatal, cuyas emisiones fueron interrumpidas por los amotinados, ha vuelto a funcionar y sus noticieros han abierto con las fuertes nevadas de París, según han informado fuentes diplomáticas desde Asmara. De momento se desconoce cómo se ha restaurado el orden. Tampoco se ha informado de disparos.
Las líneas telefónicas del Ministerio del Información estaban abiertas este martes, pese a lo cual no se han atendido las llamadas de los periodistas de Reuters. Un responsable de la Policía se ha limitado a decir que "no hay ningún problema" y el director de la Oficina de Presidencia, Yemane Ghebremeskel, ha asegueado por Twitter que "todo está en calma hoy, como de hecho lo estuvo ayer".
PRESOS POLÍTICOS
Los amotinados, cerca de 200 militares apoyados por carros de comnate, limitaron sus demandas prácticamente a la liberación de los presos políticos. La ONU estima que en el país hay entre 5.000 y 10.000 presos políticos, para una población de alrededor de seis millones de habitantes.
Eritrea se ha convertido en un Estado cada vez más aislado desde que gobierna el presidente Isaias Afewerki, de 66 años, un antiguo líder guerrillero que condujo a su país a la independencia en 1993 después de treinta años de guerra con Etiopía.
El país figura en numerosos informes internacionales sobre Derechos Humanos. En 2012, la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Navi Pillay, denunció que en el país se cometen torturas y ejecuciones extrajudiciales.
Aparte, el creciente malestar económico que viven los eritreos, a pesar de las constantes inversiones en las minas de oro, está socavanco las bases sociales del régimen de Isaias Afewerki, según han advertido fuentes diplomáticas, que han destacado el aumento de los problemas en el seno mismo del Ejército. Eritrea es, después de Corea del Norte, el país del mundo con más soldados por habitante.