TALLIN, (EP/AP)
La Policía estonia detuvo este sábado a 50 manifestantes en una ciudad fronteriza con Rusia durante una nueva oleada de protestas por la retirada de un monumento dedicado a las víctimas soviéticas caídas durante la II Guerra Mundial en el país báltico.
Un grupo de aproximadamente 100 personas, principalmente adolescentes, se reunió delante de un instituto en la ciudad fronteriza prorusa de Narva.
La Policía interrumpió la reunión cuando los jóvenes comenzaron a gritar consignas ofensivas y a mostrarse de forma violenta, según la versión de la portavoz policial Julia Garanza.
Reuniones similares se produjeron a lo largo de todo el día en la localidad de Johvi, a 180 kilómetros de ciudad al este de Tallin, aunque sólo una persona fue detenida, según Garanza. Se desconoce la existencia de posibles heridos.
El Servicio de Noticias Báltico informó ayer de que dos cementerios del noreste de Estonia en los que había restos de soldados alemanes fueron profanados durante la noche de ayer. En Valka, una localidad fronteriza con Letonia, una mausoleo con los restos de 431 soldados del Ejército Rojo fue dañada.
También el sábado, Raivo Aeg, el director supremo de la Policía estonia informó de que la gran mayoría --el 80 por ciento-- de las 800 personas detenidas en Tallin los últimos dos días son de etnia rusa, mientras que sólo el 20 por ciento eran estonios. En la tarde del jueves "la práctica totalidad de los detenidos eran adultos, mientras que los jóvenes y menores de edad eran mayoría entre los detenidos al día siguiente (el viernes)", afirmó Aeg, quien también reveló que muchos de los detenidos tenían antecedentes penales.
Mientras, el Ministerio de Asuntos Exteriores ruso pidió explicaciones por la muerte de un ciudadano ruso el pasado jueves durante los disturbios y pidió una investigación minuciosa de los sucedido.
La víctima, un hombre de 29 años cuyo nombre, Dimitri, es lo único que ha trascendido de su identidad, era un ciudadano ruso que vivía en Estonia. Dimitri fue apuñalado hasta la muerte en una calle del centro de Tallin durante los disturbios. Las primeras informaciones apuntan que el autor de las puñaladas era otro manifestante.