Un saltador de esquí en Chongli, China
Un saltador de esquí en Chongli, China - MOU YU / XINHUA NEWS / CONTACTOPHOTO
Publicado: martes, 7 diciembre 2021 18:08

Francia apuesta por una posición común, pero fuentes italianas recuerdan que les toca recoger el testigo para 2026

MADRID, 7 Dic. (EUROPA PRESS) -

Los países europeos no han fijado aún una posición sobre el posible boicot diplomático a los Juegos Olímpicos de invierno en Pekín y, aunque algunos como Alemania y Francia han apostado por marcar posiciones comunes, puede que Italia no esté dispuesta a tal desplante teniendo en cuenta que será el próximo anfitrión de la cita deportiva.

El Ministerio de Exteriores francés ha indicado este martes, a través de una portavoz, que por ahora París se limita a "tomar nota" de la decisión anunciada por la Casa Blanca, si bien espera "coordinar a nivel europeo" una respuesta conjunta a un gesto que supondría tensar todavía más el pulso político con Pekín.

El nuevo Gobierno alemán, que tomará posesión el miércoles, no cierra ninguna puerta. El futuro canciller, Olaf Scholz, ha asegurado en rueda de prensa que cualquier decisión se tomará teniendo en cuenta el contexto internacional y ha abogado por estudiar "cuidadosamente" cualquier medida, según la agencia de noticias DPA.

El boicot diplomático, un paso que Estados Unidos no daba desde los Juegos Olímpicos de Moscú de 1980, supone en términos prácticos no enviar representación política alguna a la cita que tendrá lugar en febrero de 2022, por lo que en principio no debería afectar a la participación de los deportistas de los países que lo secunden.

PASAR EL TESTIGO

En el caso de Italia, se da la circunstancia de que será el país que recogerá el testigo como país organizador, ya que los Juegos Olímpicos de 2026 tendrán lugar en Milán y Cortina d'Ampezzo. "No podemos faltar", han esgrimido fuentes del Gobierno italiano en declaraciones a la agencia AdnKronos.

Precisamente los Juegos Olímpicos posteriores a los de Moscú tuvieron lugar en Los Angeles, por lo que la ceremonia de clausura en 1980 incluyó símbolos distintos a los habituales.

La bandera olímpica que simboliza el paso del testigo de un país a otra no la recibió el alcalde de la ciudad estadounidense, sino el presidente del Comité Olímpico Internacional --por aquel entonces Juan Antonio Samaranch--, y en lugar de arriar la bandera de Estados Unidos, la que se alzó fue la de Los Angeles.

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