Carlos Argueta, ex pandillero que ahora trabaja en League Centroamérica
REUTERS / JOSE CABEZAS
Actualizado: martes, 24 octubre 2017 23:09

CIUDAD ARCE (EL SALVADOR), 24 Oct. (Reuters/EP) -

Un grupo de jóvenes que fueron miembros de las peligrosas maras salvadoreñas han dado un paso hacia su reinserción social sumándose a un proyecto que les da la primera oportunidad en sus vidas de formarse para labrar un futuro propio en un país constantemente amenazado por la violencia.

Juan Flores entró en Barrio 18 con tan solo 13 años y acabó con una condena a cinco años de cárcel por asalto a mano armada. Cuando parecía destinado a ser un joven centroamericano más de los miles que viven alternando el crimen con la cárcel hasta su prematura muerte, encontró una salida.

Flores, ahora con 34 años, trabaja confeccionando ropa para prestigiosas universidades estadounidenses como Yale, Harvard o Standford en la empresa textil League Centroamérica, filial de la norteamericana League. Cobra 300 dólares --el salario mínimo-- que le han permitido continuar sus estudios y aspirar a licenciarse en Teología.

"En el mundo de las pandillas prácticamente desperdicié mi vida. Antes yo decía: 'me van a matar o voy a caer preso'. Eso era lo único que pensaba", ha contado a Reuters. "Pero hoy no. Ya tengo metas", ha destacado ante los vapores del área de planchado de la fábrica situada en Ciudad Arce, a unos 45 kilómetros de la capital salvadoreña.

Él y otros 40 ex pandilleros forman parte de un grupo de 500 trabajadores, entre las que también hay miembros de colectivos vulnerables, como personas con discapacidad o con VIH, a los que League Centroamérica rescató de las calles de la localidad salvadoreña.

Todo comenzó en 2009, cuando Rodrigo Bolaños, gerente de League Centroamérica, se puso en contacto con las iglesias de Ciudad Arce para ofrecer trabajo a estas personas. "Eso ha hecho que la comunidad se limpie de pandillas. El que antes era pandillero ha vuelto a la escuela. Esto sí es verdaderamente una esperanza", ha afirmado Bolaños.

Bolaños ha asegurado que "es un modelo que funciona". Según estadísticas oficiales, los homicidios en Ciudad Arce se redujeron casi a la mitad entre 2009 y 2016, a pesar de que la tasa nacional subió más del 20 por ciento en ese mismo periodo de tiempo.

"Salió esta oportunidad y primero no creía ¿cómo una empresa va a ayudar así?", ha contado Diego Ayala, ex miembro de la Mara Salvatrucha de 18 años de edad. "Iba a ser tonto si no aceptaba", ha dicho, explicando que fue la pobreza lo que le empujó a la delincuencia. Ahora, pelea por una beca de estudios en Taiwán.

El objetivo, ha indicado Bolaños, es dar un trabajo a estos jóvenes mientras cursan algún estudio de los que se ofrecen en la propia fábrica, desde electrónica hasta desarrollo de software, para después ayudarles a lanzar sus propias empresas.

El éxito del proyecto salvadoreño ha animado a Bolaños a exportarlo a otras zonas de Centroamérica y, para ello, busca el apoyo de importantes empresarios del continente, como el mexicano Carlos Slim o el estadounidense Warren Buffet.

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