FREETOWN, 20 Jun. (EUROPA PRESS) -
El ex presidente liberiano Charles Taylor salió hoy de Sierra Leona al parecer con destino a La Haya, donde deberá responder ante el Tribunal Especial para Sierra Leona por los crímenes de guerra que se le imputan en relación con su presunto apoyo a los rebeldes sierraleoneses durante la guerra civil.
Según un portavoz del Tribunal, Peter Andersen, Taylor fue traslado en un helicóptero de la ONU al aeropuerto, situado en las afueras de Freetown, y escoltado hasta un avión que despegó poco después.
Andersen no quiso precisar el destino del avión, pero el traslado sucede días después de que Países Bajos accediera a acoger en La Haya el juicio y al día siguiente de que se superaran los últimos obstáculos logísticos para su traslado a territorio holandés.
El Tribunal Especial para Sierra Leona pidió al Tribunal Penal Internacional (TPI), con sede en La Haya, que ofrezca sus instalaciones para la celebración del juicio, ya que su procesamiento en África podría afectar a la estabilidad regional. La celebración del juicio corresponderá al Tribunal de Sierra Leona y el TPI aportará sus salas y su cárcel.
Taylor está acusado por el Tribunal Especial para Sierra Leona de crímenes de guerra y de lesa humanidad contra el pueblo de Sierra Leona por su apoyo a los rebeldes del Frente Revolucionario Unido (RUF), liderados por el tristemente célebre Fody Sankoh, durante el conflicto sierraleonés (1991-2001).
En el acta de acusación, firmada en marzo de 2003, el Tribunal Especial para Sierra Leona inculpa a Charles Taylor por crímenes contra la Humanidad cometidos en el contexto de "un amplio y sistemático ataque dirigido expresamente contra la población civil" por los rebeldes de Sierra Leona, a quienes el ex mandatario supuestamente ayudó logísticamente y con armas entre 1996 y 2000.
Entre las acciones que según el Tribunal cometió el RUF con el apoyo o consentimiento de Taylor destacan los actos de terror contra civiles, incluidos castigos colectivos a las poblaciones que apoyaron al Gobierno electo de Sierra Leona o que no dieron suficiente ayuda a las tropas rebeldes, y los homicidios ilegales de civiles. "Las víctimas sufrieron con frecuencia disparos, hachazos hasta la muerte y quemaduras hasta la muerte", indica la acusación.
Asimismo, la acusación denuncia actos de violencia sexual contra las mujeres y niñas civiles, incluidas violaciones brutales, en ocasiones múltiples. Aparte, cientos de mujeres y niñas fueron obligadas a trabajar como esclavas sexuales, algunas de ellas durante años. El acta de acusación informa también de numerosos actos de violencia física contra civiles, incluidas amputaciones de miembros humanos u otras mutilaciones.
El Tribunal denuncia también el uso de niños soldados --niños y niñas menores de 15 años de edad-- en actos de combate. Muchos de estos menores habían sido secuestrados y posteriormente entrenados como combatientes en los campamentos de las fuerzas de Taylor, según la acusación.
También se incluye en la acusación la esclavización de civiles a los que se obligaba a trabajar en servicios domésticos y en las minas de diamantes, los saqueos e incendios de aldeas --en algunos casos fueron incendiadas todas las casas de algunos asentamientos-- y los ataques a las fuerzas de paz de Naciones Unidas y a trabajadores humanitarios, algunos de los cuales fueron asesinados y otros secuestrados.