¿Existe el yihadista tipo?

Presunto Nuevo Líder De Al Qaeda, Ayman Al Zawahiri, Con Bin Laden
REUTERS
Actualizado: sábado, 23 abril 2016 14:10

El paso por prisión o estudios superiores, un elemento frecuente en muchos conocidos terroristas islamistas

MADRID, 23 Abr. (EDIZIONES) -

¿Existe el yihadista tipo? El Centro sobre Religión y Geopolítica (CRG) de la Fundación Tony Blair ha tratado de dar respuesta a esta pregunta analizando las biografías de un centenar de destacados yihadistas empezando por Usama bin Laden, pasando por Ayman al Zawahiri y llegando a Abu Bakr al Baghdadi.

El objetivo del estudio, 'Milestones to militancy' (Camino hacia la militancia), es explorar cómo destacados milicianos "han hecho la travesía hacia la yihad", explica el CRG. Para ello, decidieron analizar las vidas de 100 yihadistas de Oriente Próximo y África de distintas generaciones, desde los muyahidines del Afganistán de los años 1980 a los que actualmente comandan las principales organizaciones terroristas.

Estos 100 yihadistas --43 de los cuales ya han muerto-- proceden de 41 países y han pertenecido o pertenecen a 49 grupos distintos, lo que refuerza el carácter global de la yihad actual, que ha crecido de manera exponencial en las últimas décadas.

"Los líderes yihadistas de mañana están siendo modelados en el campo de batalla de Siria hoy en día. Están forjando amistades y absorbiendo la ideología que les garantizará posiciones preeminentes en este movimiento global y violento", advierte el CRG en su estudio. Por ello, sostiene, "entender las conexiones entre el yihadista del pasado y el actual es vital".

Un repaso a las vidas del fundador de Al Qaeda, Usama bin Laden, a su actual líder, Ayman al Zawahiri, o a la del líder de Estado Islámico, Abú Bakr al Baghdadi, revela que las redes personales son la clave para subir en el escalafón de la yihad mundial.

Así, precisa el estudio, tanto Al Baghdadi como el líder del Frente al Nusra, Abú Mohamed al Jolani, tienen conexiones con los 'padres' de la yihad a través de personas que conocieron en prisión, en la universidad o en el campo de batalla.

PUNTOS DE COINCIDENCIA

El análisis, reconoce el CRG, "no ha mostrado que exista un yihadista 'tipo'", sin embargo, ha puesto de manifiesto una serie de puntos de coincidencia en algunos de los casos bastante reveladores:

- La élite yihadista es global, como lo demuestra que el 49 por ciento han operado en un país distinto al suyo, mientras el 27 por ciento de los que operan en su país natal lo hacen tras haber regresado de otro y el 24 por ciento siempre han estado en su país.

- La yihad se concentra en cuatro grandes zonas de conflicto: Levante (Irak y Siria), Sahel (Argelia, Malí, Mauritania y Níger), Jorasán (Afganistán y Pakistán) y África Oriental (Somalia y Kenia). El 76 por ciento de los analizados han luchado en al menos uno de estos focos.

- La lealtad a un único grupo es poco frecuente, puesto que el 51 por ciento de los yihadistas han formado parte de más de una organización a lo largo de su trayectoria.

- La educación es un grado, puesto que el 46 por ciento de la muestra fue a la universidad. De ellos, según el estudio, el 57 por ciento se tituló en ciencias, tecnología, ingeniería, matemáticas o medicina, lo que supone el doble que los titulados en estudios islámicos.

Por ello, el CRG considera que "las universidades deben ser proactivas a la hora de hacer frente a la ideología (yihadista) en lugar de dejárselo a los servicios de seguridad o a los grupos religiosos". En este sentido, recomienda, entre otras cosas, "evitar censurar el contenido extremista no violento", optando por "fomentar una cultura crítica hacia estos textos".

- El paso por movimientos islamistas no violentos suele anteceder a la radicalización, ya que el 51 de ellos militaron en este tipo de organizaciones. En concreto, uno de cada cuatro tenían vínculos con Hermanos Musulmanes o organizaciones afiliadas.

- El paso por prisión, una constante. El 76 por ciento de los analizados pasó algún tiempo en prisión a lo largo de su carrera, si bien solo el 25 por ciento cometió delitos o estuvo en prisión antes de su radicalización.

Dado que las prisiones se han convertido en una parte crucial del camino hacia la yihad y son muchos los que desarrollan su ideología durante su estancia entre rejas, se debería trabajar en la "desradicalización" de los centros penitenciarios, sostiene el estudio.

Un elemento clave es el separar a yihadistas veteranos de otros milicianos más jóvenes, así como ofrecer "programas de educación religiosa obligatoria" que incluyan un "estudio crítico" de los textos que sustentan la ideología salafista yihadista.

- Relación con el Gobierno o con las fuerzas de seguridad. Una cuarta parte de los yihadistas estudiados trabajó anteriormente para el Estado o los cuerpos de seguridad o tenía familiares directos que trabajaban para el Gobierno, lo que demuestra que "no solo las personas en la periferia o que se sienten abandonadas por el Estado son vulnerables al extremismo".