GUINSAUGON (FILIPINAS), 20 (EP/AP)
Marines estadounidenses establecieron un equipo de sensores sísmicos este martes con la esperanza de encontrar nuevos supervivientes en un colegio de educación primaria que quedó sepultado bajo 35 metros de lodo y barro tras los deslizamientos de tierra sufridos la semana pasada por el poblado filipino de Guinsaugon.
Los equipos de rescate luchan en estos momentos por determinar si los sonidos procedentes de debajo de los escombros pertenecen a supervivientes o al movimiento del agua bajo tierra.
Con el empleo de generadores eléctricos, un equipo multinacional de tropas y técnicos trabajó durante la noche del lunes con perros amaestrados y equipos de alta tecnología entre los que destaca maquinaria detector de sonido y calor.
Por el momento no hay signos de nuevos supervivientes bajo el barro, cuatro días después de que un deslizamiento de tierra enterrase el poblado. Nadie ha aparecido con vida desde unas horas después de que acaeciese la catástrofe. Se cree que unas 1.000 personas pueden h haber muerto, aunque por el momento únicamente han aparecido 81 cadáveres.