PARIS 21 Abr. (Del corresponsal de EUROPA PRESS, Javier Gómez Muñoz) -
Uno de cada tres franceses cree que la existencia de la extrema derecha "enriquece el debate político", a un año de las elecciones presidenciales de 2007. Un 34 por ciento opina además que las reivindicaciones de la ultraderecha gala "son cercanas a las preocupaciones de los ciudadanos".
Estas cifras demuestran que el Frente Nacional (FN), primer partido de ultraderecha, sigue gozando de un importante capital electoral, y que el voto de protesta cada vez gana más auge en Francia por la crisis económica y social que atraviesa el país.
Jean Marie Le Pen se reivindicó hoy, en una entrevista con la televisión LCI, como el "único capaz de poder encarnar una alternativa" a los dos partidos hegemónicos del centroderecha y el centroizquierda, "que se suceden desde hace 30 años". Las últimas encuestas para 2007 dan a Le Pen una proyección de voto del 10%, menos del 16,86% obtenido en 2002, pero una cifra mayor a las previsiones del Frente Nacional en 2001, un año antes de aquellos comicios.
Los franceses aseguran que la mayor contribución al debate público por parte de la extrema derecha son sus tesis sobre inmigración (así lo opina un 43 por ciento de los encuestados). La seguridad es el segundo capítulo en el cual los ciudadanos galos agradecen su contribución a la extrema derecha (31 por ciento), según un sondeo publicado hoy por 'Metro', cuando se cumplen cuatro años de las elecciones presidenciales que consagraron al Frente Nacional como el segundo partido del país.
"Hay que interrumpir la inmigración y no es la vía adoptada por el Gobierno", aseguró hoy Le Pen, en uno de sus eslóganes preferidos desde hace 25 años.
Las diferentes crisis vividas por el país en los últimos meses, como la revuelta de los suburbios del pasado mes de noviembre, el rechazo a la Constitución europea del pasado mes de mayo y las manifestaciones contra el nuevo contrato joven son algunas de las causas que podrían empujar al alza o que explican la credibilidad otorgada por los franceses a los partidos de ultraderecha.
La mitad de los encuestados elige a Jean Marie Le Pen, 78 años, histórico presidentedel Frente Nacional, como el político que mejor encarna las ideas de la extrema derecha. Un 24% escoge después a Philippe de Villiers, presidente del Movimiento por Francia, ex aliado de la gubernamental UMP, que ha radicalizado su discurso en los últimos años con el fin de sustituir al FN como fuerza hegemónica de la ultraderecha. Marine Le Pen, hija del líder del Frente Nacional y candidata declarada a la sucesión de su padre, es la tercera en la lista, con un 19 por ciento.