PARIS 5 Jun. (Del corresponsal de EUROPA PRESS, Javier Gómez Muñoz) -
La mayoría de los franceses ha preferido tomarse hoy, lunes de Pentecostés, como festivo, a pesar de que el Gobierno lo declarase hace dos años como día laborable, con la intención de destinar los fondos extra conseguidos a las políticas de ayuda a la Tercera Edad y los minusválidos.
Pese a esta decisión oficial, seis de cada diez franceses no trabajarán, según un sondeo publicado este fin de semana en el diario 'Le Parisien'. Entre el 40 por ciento que irá a trabajar, la gran mayoría ejerce en el sector privado, mientras que casi todo el funcionariado disfrutará del día festivo.
Tras las grandes protestas de los sindicatos, el Gobierno se vio obligado a dar marcha atrás y permitir que la jornada de solidaridad nacional pudiese organizarse cualquier otro día del año, mediante un acuerdo colectivo. Los trabajadores pueden también repartir las siete horas de jornada laboral correspondientes a este día a lo largo del año.
Hay empresas que han dado la jornada libre a sus trabajadores, y asumirán los costes suplementarios de las cotizaciones que deban pagar al Estado. Una situación que se da incluso en empresas públicas, como la Sociedad Nacional de Ferrocarriles (SNCF). De hecho, la mitad de quienes no trabajarán hoy no podrían hacerlo aunque quisieran, ya que sus empresas cierran.
El Gobierno tomó la decisión de quitar un día de fiesta, de los 39 de media que tiene cada francés al año, tras la ola de calor que en verano de 2003 provocó la muerte de más de 10.000 ancianos y puso al descubierto las deficiencias del sistema de salud y de atención a la tercera edad en Francia.
El mismo primer ministro, Dominique de Villepin, reconoció la pasada semana que la medida, tomada por su antecesor, Jean Pierre Raffarin, presenta "incoherencias y dificultades" y era "mejorable". La decisión permitió recaudar 2.000 millones de euros suplementarios el año pasado, de los que 1.200 se destinaron a la Tercera Edad.
El ministro de Sanidad, Xavier Bertrand, afirmó hoy que esta partida presupuestaria "es indispensable" en la mejora de las políticas públicas de ayuda a ancianos y minusválidos. Los sindicatos siguen criticando la medida. El secretario general de Fuerza Obrera, Jean Claude Mailly, denunció hoy que la organización variable de esta jornada de solidaridad "no funciona" y que es "injusta".