PARIS 29 Mar. (del corresponsal de EUROPA PRESS, Javier Gómez Muñoz) -
El presidente francés, Jacques Chirac, anunció esta mañana, por medio del Palacio del Elíseo, que "en los próximos días" se pronunciará sobre la crisis de los Contratos Primer Empleo (CPE). Esta decisión del jefe del Estado acontece un día después de las masivas manifestaciones contra esta medida, que ayer congregaron a entre uno y tres millones de personas.
Chirac ha hablado cuatro veces sobre el CPE en los últimos 15 días, siempre para defender el plan de empleo juvenil del Gobierno, pero ninguna de forma oficial. Esta vez, se dirigirá solemnemente a la nación, aunque el Elíseo no ha precisado si lo hará bajo la forma de una alocución presidencial televisada, como es habitual. El jefe del Estado podría apoyar de nuevo el CPE y anunciar su promulgación, pedir a la Asamblea una revisión de la ley o exigir al Gobierno que retire la medida.
El presidente responderá así a la petición oficial de las cinco principales centrales sindicales del país (CGT, FO, CFDT, CFTC y CFE-CGC), que ayer, tras las movilizaciones, le enviaron una carta en la que solicitaban su intervención para poner fin a la crisis del CPE. Los sindicatos piden que el jefe del Estado exija una nueva discusión parlamentaria de la ley que incluye los nuevos contratos, como lo permite el artículo 10 de la Constitución.
El Gobierno ha reiterado esta mañana, por medio de su portavoz, Jean François Copé, y de su ministro de Exteriores, Philippe Douste-Blazy, que no retirará el texto, aunque está dispuesto a negociar modificaciones sobre los contratos. "La ley ha sido votada, el primer ministro ha hecho su trabajo, ahora se abren nuevas posibilidades antes de la promulgación de la ley, pero es el presidente quien tiene que pronunciarse", explicó Douste-Blazy, en un encuentro con la prensa extranjera al que asistió EUROPA PRESS.
Sobre la posibilidad de una nueva relectura del texto en la Asamblea Nacional, el titular de Exteriores apuntó que "no es probablemente el deseo del primer ministro, Dominique de Villepin". "Pero mientras la ley no sea promulgada, hay lugar para el encuentro. Sólo que son los sindicatos quienes no quieren dialogar", dijo Douste-Blazy.
El ministro de Exteriores abrió así una puerta a un posible entendimiento sobre la base de la posibilidad expresada ayer por el ministro del Interior, Nicolas Sarkozy, quien pidió una suspensión de la ley antes de su promulgación para reabrir las negociaciones "sin condiciones previas". Douste-Blazy, a pesar de estas diferencias, insistió en que "todo el Gobierno es solidario" con el primer ministro.
Los sindicatos consideran, pese a todo, que existe una "ausencia de comprensión" por parte del Gobierno sobre "la exasperación y tensión" que esta reforma ha provocado en el país, según se dice en su carta abierta a Jacques Chirac. La oposición de izquierdas también ha dirigido sus miras hacia el presidente. "Frente a un movimiento de esta fuerza, el primer ministro y el presidente deben asumir la situación creada y terminar con una crisis de la que son autores", declaró François Hollande, primer secretario del Partido Socialista.
La movilización de ayer dobló la asistencia a las protestas del pasado 18 de marzo, que reunió a entre 500.000 y 1,5 millones de manifestantes, y es síntoma del consenso existente en Francia contra esta reforma laboral, sobre la que también ha expresado sus reservas la patronal.