PARIS 17 May. (Del corresponsal de EUROPA PRESS, Javier Gómez Muñoz) -
El presidente francés, Jacques Chirac, pidió hoy a sus ministros que aparquen las diferencias que han salido a la superficie en las últimas semanas con el escándalo del caso Clearstream, tras la fractura vivida ayer por la UMP en la Asamblea Nacional entre los partidarios del ministro del Interior, Nicolas Sarkozy, y los del primer ministro, Dominique de Villepin.
"El presidente de la República recordó con firmeza a cada uno de los ministros la necesidad de conseguir resultados", declaró el portavoz del Gobierno, Jean François Copé.
Chirac aprovechó el consejo de ministros para exigir a los miembros del gabinete y al primer ministro, cuya continuidad está en el alero desde hace semanas, que se unan en el último año de legislatura del centroderecha "en interés del país y de los franceses".
Ayer, durante la moción de censura contra el Ejecutivo, más de la mitad de los 364 diputados de la Unión por un Movimiento Popular (UMP) se ausentaron durante el discurso de su primer ministro, Villepin, para mostrar su desacuerdo con la gestión de éste en el cargo. Aunque la iniciativa parlamentaria de la oposición no dio frutos, el divorcio entre las diferentes familias del centroderecha cada día es más evidente.
Una división que volvió a ponerse de manifiesto hoy, cuando el 'brazo derecho' de Nicolas Sarkozy y dirigente de la UMP, François Fillon, predijo un posible cambio de primer ministro antes del verano. "Los elementos que prueban una manipulación se acumulan. Esta cuestión debe quedar aclarada lo antes posible", comentó el ex ministro, en relación al posible espionaje urdido por Chirac y Villepin contra el presidente de la UMP, Nicolas Sarkozy, en 2004.
"No se llegará hasta el verano sin aclarar esta situación", añadió, abriendo la puerta a una dimisión de Sarkozy de su puesto como ministro del Interior, si Villepin no abandona su cargo o si los jueces no decretan su inocencia.