Francia cumple un año de la revuelta de los suburbios con el temor de que vuelva la violencia

Europa Press Internacional
Actualizado: martes, 24 octubre 2006 12:06

PARÍS, 24 Oct. (EUROPA PRESS/Javier Gómez Muñoz) -

Francia vive la semana en que se cumple un año de la revuelta de los suburbios con la incertidumbre de si los barrios más pobres del país volverán a arder y sus calles serán de nuevo un terreno de enfrentamiento entre jóvenes y fuerzas del orden.

El próximo viernes 27 se cumple exactamente un año del inicio de los disturbios entre jóvenes y fuerzas del orden. El balance del dramático mes de altercados fue de 10.000 vehículos incendiados, 300 edificios destruidos o seriamente dañados y 6.000 detenciones. Más de 10.000 policías participaron en el intento de poner calma a un a situación que despertó la situación de medios de comunicación de todo el mundo.

Los servicios de información de la policía francesa (Reinseignements Généraux) creen que pueden volver a producirse nuevos desórdenes y enfrentamientos. "La mayoría de las condiciones que llevaron, hace un año, al estallido de violencia colectiva en una gran parte del territorio metropolitano siguen estando presentes", constatan los especialistas, en una nota confidencial revelada por el diario 'Le Figaro'.

"Existe una guerra larvada entre los policías y un cierto número de jóvenes. Las fuerzas policiales se han echado atrás en la búsqueda del Estado de Derecho en las barriadas, donde se han constituido grupos violentos. Todo puede ocurrir". Quien hace esta amarga constatación es el portavoz del Partido Socialista, Julien Dray.

"Ha habido una disminución manifiesta de la delincuencia en el curso de los últimos años y meses", contrapuso el primer ministro, Dominique de Villepin. "Pero hay que ser lúcidos, porque todavía existe la posibilidad de que la situación empeore y haya incidentes. Debemos permanecer vigilantes", constató el jefe del Gobierno, consciente de que la situación en muchos de estos barrios pobres está "fuera de control", como critican los sindicatos policiales.

En las últimas semanas, ya se han producido agresiones a policías y altercados en varias localidades del cinturón pobre de la capital francesa. En este sentido, el ministro del Interior, Nicolas Sarkozy, propuso la pasada semana un endurecimiento de las penas para quienes "atenten contra la integridad física de policías, gendarmes o bomberos", que podrían ser juzgados, a partir de ahora, por tribunales de lo Criminal.

"Desde hace semanas, los policías son regularmente agredidos", denunció hace escasos días el sindicato policial SNOP. "Los oficiales de Policía no podrán aceptar durante más tiempo estas violencias gratuitas e ilegítimas", avisaron.

100 MILLONES DE EUROS

El Gobierno aprobó un plan a los pocos días de cerrarse la revuelta, bautizado "por la igualdad de oportunidades", que desbloqueó 100 millones de euros para ser invertidos en la mejora de las infraestructuras de este tipo de localidades de extrarradio, llamadas 'banlieues' en Francia. Se trata de lugares con pocos transportes, apenas infraestructuras, alta tasa de paro y fracaso escolar, nula actividad económica, una concentración de población inmigrante y de vivienda social.

El Partido Socialista, sin embargo, ha utilizado este primer aniversario de los enfrentamientos como un arma arrojadiza contra el Ejecutivo. "Las promesas que se hicieron tras los disturbios no se han cumplido un año más tarde. Lo que ocurre en los barrios no es un problema de seguridad, sino de un tejido asociativo no apoyado, trabajadores sociales no reconocidos y profesores que no son respaldados", criticó ayer el portavoz socialista, Julien Dray.

El ministro del Interior, Nicolas Sarkozy, fue el protagonista de la gestión de la crisis de 2005 por sus críticas contra la "chusma", la "ecoria" y la "ralea" que, a su entender, estaba detrás de los enfrentamientos con la Policía. Todavía en su cargo y probable candidato conservador a las elecciones presidenciales de 2007, Sarkozy considera que el aniversario "no tiene sentido".

"Tengo la intención de que los habitantes de los barrios vivan tranquilamente y en toda seguridad y encuentro que estas conmemoraciones no tienen sentido", criticó el también presidente del partido mayoritario del centroderecha, la UMP. "Hay que dejar de excitar las cosas creando artificialmente problemas", censuró el dirigente conservador. "Todo este nerviosismo mediático no tiene ningún sentido. No creemos las condiciones artificiales de una agitación que no debe producirse", insistió.

MUERTE ACCIDENTAL DE DOS JÓVENES

El detonante de la crisis de 2005 fue la muerte accidental de dos jóvenes menores de edad, en Clichy-sous-Bois, periferia norte de París, cuando escapaban de la Policía. Perecieron electrocutados tras esconderse en un transformador eléctrico.

Amigos y conocidos de las dos víctimas provocaron altercados esa misma noche, que se extendieron las noches sucesivas a otras localidades de la periferia parisiense y, de ahí, a todo el país. Siempre jóvenes, cubiertos con capuchas y pasamontañas y por lo general hijos o nietos de inmigrantes y habitantes de los barrios más depauperados del país los contestatarios destruyeron mobiliario público, incendiaron coches como forma de protesta y buscaron los enfrentamientos con la Policía.

En algunos casos, se registraron disparos con armas de fuego contra las fuerzas del orden. La violencia de los altercados obligó al Ejecutivo a decretar el estado de emergencia, con la suspensión de algunos derechos constitucionales para reforzar la actuación de la Justicia y la Policía.

A pesar de los comentarios del ministerio del Interior durante la crisis, la investigación posterior demostró que la revuelta no fue organizada, ni estuvo relacionada con movimientos islamistas, ni las diferentes bandas se comunicaron entre ellas. Fue un movimiento espontáneo.

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