PARIS 13 Ene. (Del corresponsal de EUROPA PRESS, Javier Gómez Muñoz) -
El ex primer ministro Lionel Jospin espera poder convertirse en el candidato oficial del Partido Socialista (PS) a las elecciones presidenciales de 2007, según un plan que desvelan hoy los diarios 'Le Figaro' y 'Libération'.
El ex líder cuenta con apoyar en un primer momento a la ex ministra Ségolène Royal, política más valorada por los franceses según los sondeos. Jospin espera utilizar así la fama de Royal para dejar en la cuneta a otros posibles rivales como el ex primer ministro Laurent Fabius o el ex ministro Dominique Strauss-Kahn, según dichas fuentes.
Posteriormente, habrá un "pronunciamiento" de importantes dirigentes socialistas para que Jospin encabece la campaña presidencial. La fecha escogida para esta iniciativa es el mes de mayo, antes de un verano que resultará decisivo, pues los socialistas elegirán en el mes de noviembre a su aspirante oficial mediante primarias.
Este manifiesto estará apoyado por importantes dirigentes locales y regionales como los alcaldes de París y Lyon, Bertrand Delanoë y Gérard Collomb, y presidentes de región como Georges Freche, de Languedoc-Rousillon.
Los 'lugartenientes' de Jospin, como los ex ministros Claude Allègre y Daniel Vaillant, habrían decidido esta trama en una cena con varios diputados y dirigentes cercanos al actual primer secretario, François Hollande, según ambos periódicos. Se da la circunstancia de que Hollande es compañero sentimental de Royal.
El primer secretario reconoció hoy que "mucha gente en el PS que desea la vuelta de Jospin", pero declinó valorar la posible existencia de este plan. Royal se limitó a pedir "transparencia" y señaló que si "llegado el momento" su candidatura es la "mejor colocada para hacer ganar a la izquierda", se presentará. Dentro del partido se especula con una posible alianza con Ségolène Royal como primera ministra y Lionel Jospin como jefe de estado.
Jospin se retiró de la política tras su fracaso en la primera vuelta de las elecciones presidenciales de 2002, batido por el conservador Jacques Chirac y el ultraderechista Jean Marie Le Pen. En estos años, no ha desaparecido del debate político pero tampoco ha desvelado sus planes para el futuro, a pesar de los rumores de que confía en volver a la política.