PARIS 5 Jun. (Del corresponsal de EUROPA PRESS, Javier Gómez Muñoz) -
Siete de cada diez franceses (69 por ciento) están a favor de encuadrar militarmente a los jóvenes delincuentes condenados por primerz vez por los tribunales. Esta polémica proposición fue realizada la semana pasada por Ségolène Royal, ex ministra y favorita para hacerse con la candidatura del Partido Socialista (PS) a las elecciones presidenciales de 2007.
Royal propuso que los condenados por primera vez, de más de 16 años, ingresen en el Ejército o en otra estructura militar (gendarmería) para aprender un oficio o llevar a cabo una misión humanitaria. El 67 de los simpatizantes socialistas está de acuerdo con la medida, según un sondeo que publica hoy 'Le Monde'.
Todos los partidos de la izquierda, como Los Verdes, el Partido Comunista, la Liga Comunista Revolucionaria, así como los más importantes dirigentes del Partido Socialista, compañeros de Royal, han criticado ásperamente la medida. Sin embargo, incluso el 54 por ciento de los votantes de la extrema izquierda aprueba la idea de la ex ministra de la Familia y del Medioambiente.
El diputado socialista Jean Christophe Cambadélis se preguntó hoy si, con sus proposiciones de "militarizar la seguridad" y "asesinar" la semana laboral de 35 horas, Ségolène Royal "quiere ser la candidata de los socialistas o contra los socialistas".
Sin embargo, uno de cada dos franceses está de acuerdo en que Royal se aleja de los valores de la izquierda con este tipo de propuestas. La política más popular de Francia, según los sondeos, se ha planteado como estrategia principal conquistar el centro político y dirigirse a las clases populares que dejaron de votar a los socialistas en las últimas elecciones, una estrategia cuestionada por la mayoría de los militantes y dirigentes socialistas, pero aplaudida por los votantes.
Entre los simpatizantes de la derecha, de hecho, su medida es todavía más plebiscitada (un 71 por ciento entre los de centroderecha, y un 84 en la extrema derecha) que en su campo político.
También una mayoría de franceses, con independencia de su tendencia política, aprueba otras propustas de Ségolène Royal, como el envío a "internados" de los alumnos conflictivos, o la creación de cursos para los padres que no sean capaces de educar a sus hijos.