El primer ministro modifica su versión y reconoce que el nombre de Sarkozy fue evocado con los servicios secretos
PARIS, 4 May. (Del corresponsal de EUROPA PRESS, Javier Gómez Muñoz) -
El primer ministro, Dominique de Villepin, repitió hoy que no encargó en 2004, como ministro de Asuntos Exteriores, ninguna investigación sobre su colega de gabinete, el titular de Interior, Nicolas Sarkozy. Villepin volvió a declararse "profundamente herido" y criticó que los diarios y la oposición le hayan acusado de "mentir".
El dirigente también exculpó al presidente, Jacques Chirac y aseveró no haber mencionado nunca el asunto con él ni haber recibido instrucciones de su parte para ordenar pesquisas sobre otros dirigentes políticos. "Nunca, en ningún momento, se trató de investigar a ninguna personalidad política", subrayó.
El jefe del Gobierno, sin embargo modificó en una rueda de prensa su versión de los hechos sobre el polémico montaje conocido como 'caso Clearstream'. Hace dos días, explicó que el nombre de Nicolas Sarkozy no fue "nunca mencionado" en su reunión del 9 de enero de 2004 con el general de Inteligencia Philippe Rondot. Hoy, en cambio, precisó que el nombre de Nicolas Sarkozy no fue mencionado "en relación con el asunto" Clearstream, pero sí como ministro del Interior.
Villepin afirmó que lo ocurrido no le apartará de su cargo como primer ministro y se mostró dispusto a testificar ante los magistrados. "En toda democracia, hay momentos difíciles. Hay que hacer frente a estas pruebas", manifestó el dirigente galo, cuya actuación en esta crisis ha sido cuestionada en los últimos días incluso por miembros de su propio partido, la UMP.
Según publicó ayer 'Le Monde', el primer ministro mintió cuando aseguró que "nunca" había ordenado ninguna investigación sobre dirigentes políticos. El general de Inteligencia Philippe Rondot declaró a los jueces que Villepin le pidió el 9 de enero de 2004 que investigase a otros miembros de su gabinete, por orden presunta del presidente Jacques Chirac, y sin dar parte a los interesados ni al entonces primer ministro, Jean Pierre Raffarin.
El primer ministro explicó hoy que organizó esa reunión con Rondot "para confirmar la veracidad de unas informaciones relacionadas "con el terrorismo y circuitos financieros mafiosos", que suponían una amenaza para Francia.
El jefe del Ejecutivo explicó que existe un "riesgo de instrumentalización" en este caso de posible espionaje político y que las críticas hacia su actuación "son ataques injustificados" basados en "calumnias y mentiras". "Me pregunto quién manipula a quién", agregó.
La conspiración Clearstream sirvió para acusar a varios dirigentes económicos y políticos, entre ellos el ministro del Interior, Nicolas Sarkozy, de poseer cuentas ocultas en el extranjero. Todo se reveló como un montaje, y los jueces intentan ahora descubrir quien orquestó la trama. Los magistrados sospechan que Villepin puso en marcha varias investigaciones de los servicios secretos a sabiendas de que se trataba de acusaciones falsas, y posiblemente urdidas por su entorno.
Villepin criticó que cada vez que se aproxima una elección presidencial "haya un cierto número de asuntos de Estado que saltan a la plaza pública". "Su trabajo es informar y no hacer amalgamas", espetó el primer ministro a un periodista de 'Le Monde', diario que ha hecho públicas las revelaciones que contradicen al primer ministro.
A pesar de la expectación sobre las declaraciones de Villepin y la importancia de las acusaciones, el primer ministro rehusó explicarse sobre el caso Clearstream en su discurso y sólo lo hizo respondiendo a las preguntas de los periodistas. "Francia vuelve a poner en marcha y obtenemos los primeros frutos de nuestro esfuerzo con la bajada persistente del desempleo", comenzó Villepin. "Sería irresponsable no proseguir esta acción", comentó, en una frase que puede traducirse como su voluntad de permanecer en el cargo, a pesar de las peticiones de dimisión de la oposición.
