Ghannouchi propone la celebración de un referéndum sobre el mantenimiento de las instituciones de transición

Europa Press Internacional
Actualizado: martes, 6 agosto 2013 7:06

MADRID 6 Ago. (EUROPA PRESS) -

El presidente del partido islamista tunecino Ennahda, Rachid Ghannouchi, ha ofrecido este lunes la posibilidad de organizar un referéndum sobre el mantenimiento de las instituciones de transición, al tiempo que ha criticado los intentos de la oposición por forzar la dimisión del actual Gobierno.

"Hemos avanzado en el proceso de transición y nos negamos a empezar de cero. Los distintos partidos no pueden seguir convocando a la gente a salir a la calle", ha indicado durante una entrevista concedida al diario belga 'Le Soir'.

"Proponemos la idea de un referéndum como solución alternativa a la crisis. Los tunecinos se pronunciarán para saber si están a favor o no de continuar con el proceso iniciado", ha agregado Ghannouchi.

Asimismo, ha recalcado que la destitución del primer ministro es una 'línea roja' para el partido, ya que "la ley que determina la organización provisional de los poderes públicos establece que el presidente encarga al partido mayoritario la formación de un Gobierno". "El candidato de Ennahda es Alí Laarayedh", ha sostenido.

Sin embargo, ha concedido que tanto Ennahda como los partidos que conforman el tripartito gubernamental "están dispuestos a renunciar a algunos ministerios para que otras corrientes y partidos políticos se unan al Gobierno".

Por otra parte, ha descartado la posibilidad de que el Ejecutivo vaya a dimitir a causa del asesinato del parlamentario opositor Mohamed Brahmi, antiguo líder de Echaab (Pueblo) y uno de los principales dirigentes de la izquierda tunecina.

"Haría falta establecer una ley que estipulara que el Gobierno ha de caer cada vez que un político es asesinado. Sería un mensaje muy positivo para los terroristas que buscan cambiar nuestro modo de vida", ha argumentado.

En este sentido, ha rechazado que las autoridades hayan sido laxas con respecto a la amenaza que suponen las organizaciones islamistas radicales y ha asegurado que, desde el Gobierno del expresidente Zine el Abidine ben Alí, los sucesivos gobiernos --incluyendo los de transición-- "no han sido laxos" con este tema.

La situación de seguridad en el país ha empeorado en los últimos meses, y reflejo de ello han sido los asesinatos de Brahmi y el también opositor Chokri Belaid, líder del Movimiento Patriótico Democrático Unificado, fuerza marxista y panárabe que forma parte del Frente Popular, quien fue tiroteado en febrero en la capital, Túnez.

Días antes de su asesinato, Belaid proporcionó una lista de presuntos miembros de Ennahda involucrados en el ataque contra un acto del Frente Popular en la localidad de Le Kef. Asimismo, acusó al Ejecutivo tunecino de connivencia con los episodios de violencia política en el país.

A esta situación se ha sumado en los últimos días la denuncia formulada por el Sindicato de las Fuerzas de Seguridad Republicanas, que afirmó que existe un aparato de seguridad paralelo conformado por gente cercana a Ennahda, lo que ha sido desmentido por el Ministerio del Interior.

EL MONTE CHAAMBI

Respecto al incremento de los ataques por parte de milicianos islamistas en el monte Chaambi, ubicado en la región de Kasserine, cerca de la frontera con Argelia, Ghannouchi ha valorado en una entrevista concedida a la agencia británica de noticias Reuters que "los grupos insurgentes han sido infiltrados por elementos políticos tunecinos para atacar a Ennahda y al proceso democrático".

Las tropas del Gobierno tunecino han aumentado desde diciembre su ofensiva contra las milicias activas en el monte Chaambi, que fue declarado como "área militar cerrada" en mayo tras varios enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad e islamistas armados.

Dichas operaciones fueron lanzadas tras un ataque contra un puesto fronterizo que se saldó con la muerte de un miembro de la Guardia Nacional. Posteriormente, la explosión de los artefactos plantados en la zona provocó heridas a 16 miembros de las fuerzas de seguridad, cinco de los cuales sufrieron la amputación de las piernas.

Túnez y Argelia comparten una frontera porosa utilizada habitualmente por contrabandistas y que ha sido usada en los últimos meses para la infiltración de combatientes y armamento. Por ello, el Ejército tunecino especificó que ambos países trabajan de forma conjunta para arrestar a los 'yihadistas' presentes en sus territorios.

Desde el derrocamiento del expresidente Zine el Abidine ben Alí en enero de 2011, Túnez ha sufrido un incremento de la actividad de grupos islamistas radicales que fueron reprimidos por la fuerza por el exmandatario.

Las autoridades han acusado a estos grupos por los últimos ataques violentos en el país, entre los que se encuentra el asalto contra la Embajada estadounidense en septiembre de 2012 y los asesinatos de Brahmi y Belaid.

La oposición ha criticado duramente al Gobierno por su fracaso en la lucha contra los grupos 'yihadistas' presentes en el país y ha acusado a las autoridades de reconocer demasiado tarde la amenaza que suponen.

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