Actualizado: martes, 28 noviembre 2017 17:01

KARANGASEM (INDONESIA), 28 Nov. (Reuters/EP) -

El Gobierno de Indonesia ha prolongado el cierre del aeropuerto de la isla de Bali, el Aeropuerto Internacional Ngurá Rai, debido a la expansión de las cenizas procedentes de la erupción del volcán Monte Agung, lo que ha dejado a miles de turistas atrapados al tiempo que las autoridades han instado a la población civil a abandonar sus hogares.

El ministro de Transporte de la isla ha asegurado que, según han confirmado las autoridades de navegación aérea, "los canales de vuelo para los aviones están cubiertos de ceniza volcánica".

El aeropuerto de Bali, el segundo más grande del país y situado a unos 60 kilómetros del volcán Agung, estará cerrado hasta las 7.00 del miércoles (23.00 del martes hora peninsular de España).

Un total de 443 vuelos, tanto nacionales como internacionales, se han visto afectados por la erupción. Unas 2.000 personas han perdido sus vuelos y están tratando de reprogramarlos.

Un turista indio, Nitin Sheth, ha explicado que "hay miles de personas atrapadas en el aeropuerto". "Tienen que ir a otro aeropuerto y están tratando de hacerlo, pero las autoridades del Gobierno no están ayudando", ha agregado.

Por su parte, otro turista de Australia, Matthew Radix, ha advertido de que existe poca información al respecto, pero ha señalado que al estar de vacaciones "no importa". "No sabemos qué va a pasar pero podemos volver al bar y tomar otra copa", ha dicho.

Las autoridades han informado de que se han preparado diez aeropuertos alternativos para que las aerolíneas desvíen sus vuelos. Además, un operador del aeropuerto ha subrayado que los vuelos también serán desviados a las provincias cercanas.

Las autoridades están ayudando a las personas afectadas a reprogramar sus vuelos, al tiempo que están entregando suministros de alimentos y ofreciendo instrucciones sobre cómo actuar en estos momentos.

Asimismo, han asegurado que el aeropuerto de la isla Lombok, situada al este de Bali, ha sido reabierto. Mientras tanto, el viento está enviando las cenizas hacia la costa sur de la isla de Java.

ROCAS DEL TAMAÑO DE UN PUÑO

El Monte Agung está situado al este de Bali a una altura de más de 3.000 metros. Su última erupción tuvo lugar en 1963 y dejó más de 1.000 muertos. También arrasó varios pueblos que quedaron destruidos por la lava, cuyos flujos transportan barro y restos de rocas.

El Centro de Mitigación de Desastres Geológicos y Vulcanológicos de Indonesia (PVMBG) ha alertado que una erupción similar a la de 1963 podría lanzar rocas del tamaño de un puño a una distancia de hasta 8 kilómetros y gas volcánico a una distancia de hasta diez kilómetros en tan solo tres minutos.

Algunos de los ciudadanos que huyeron en septiembre, cuando el Gobierno elevó al máximo el nivel de alerta por la amenaza de erupción del volcán, han vuelto a casa a pesar de las advertencias de las autoridades.

Este lunes las autoridades evacuaron a unas 40.000 personas de los alrededores del monte Agung, si bien han recalcado que decenas de miles de personas aún han de abandonar la zona.

Un portavoz de la agencia de respuesta a desastres, Sutopo Purwo Nugroho, ha advertido de que solo unas 29.000 personas se han registrado en los centros de emergencia.

"No todas las personas en la zona de peligro están preparadas para refugiarse", ha añadido, al tiempo que ha advertido de que "aún hay muchos residentes que permanecen en sus casas".

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