RIAD 19 May. (Reuters/EP) -
El vicepresidente yemení, Jaled Bahad, ha advertido de que no habrá diálogo de paz hasta que los huthis cumplan las resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que urgen a su retirada y desarme.
La ONU confiaba en sentar al Gobierno de Abdo Rabbu Mansur Hadi y a los rebeldes chiíes a la mesa de negociaciones en la ciudad suiza de Ginebra hacia final de mes para poner fin al conflicto.
A lo largo de estos dos meses de enfrentamiento en Yemen, las partes solo han acordado una tregua de cinco días que expiró el pasado fin de semana para permitir el acceso de la ayuda humanitaria y la evacuación de civiles.
Aunque Naciones Unidas perseguía que este breve alto el fuego se prolongara, la coalición internacional liderada por Arabia Saudí se ha negado, argumentando que los insurgentes han violado la tregua en varias ocasiones.
CRISIS YEMENÍ
Arabia Saudí asumió el pasado 26 de marzo el liderazgo de la ofensiva aérea con la que, junto a otros nueve países árabes de la región, tiene como intención declarada "repeler a las milicias huthis, Al Qaeda y el Estado Islámico" en Yemen.
Las monarquías suníes del Golfo Pérsico temen que la influencia de Irán en la región se extienda con el ascenso de los huthis al poder, en medio de la inestabilidad generada por el conflicto iraquí y la guerra civil en Siria.
El presidente yemení había apelado directamente al Consejo de Seguridad para que autorizara una intervención militar para frenar "la agresión de los huthis" contra su Gobierno.
La crisis política en Yemen, fruto de las disputas intestinas no resueltas con la caída del Gobierno de Alí Abdulá Salé, en 2011, se agravó el pasado mes de septiembre con la irrupción en Saná de los rebeldes chiíes.
Los huthis, que históricamente han reivindicado mayor autonomía para el norte de Yemen, llevaron a Hadi y su Gobierno a dimitir en bloque el pasado mes de enero, evidenciando así la pugna por el control de un país al borde de la guerra civil.