NUEVA YORK 29 Ene. (del corresponsal de EUROPA PRESS, Emilio López Romero) -
Un juez militar de Estados Unidos se ha negado a suspender el juicio contra uno de los detenidos que todavía quedan en la prisión de la base naval de Guantánamo a pesar de que el presidente, Barack Obama, pidió la semana pasada que las causas se paralizaran temporalmente durante 120 días.
Se trata del magistrado James Pohl, un coronel del Ejército que se niega a suspender el juicio que lleva adelante contra Abd Al Rahim al Nashiri, un saudí acusado de atentar contra un buque de guerra estadounidense en octubre de 2000 en Yemen que dejó 17 soldados muertos y 50 heridos.
El diario 'The Washington Post' asegura que el juez ha decidido continuar con la vista que tenía prevista para el próximo 9 de febrero al considerar que la petición de la Casa Blanca impediría celebrar un juicio rápido al detenido.
Esta decisión pone en peligro los planes de Obama para la cárcel de Guantánamo, quien tras su toma de investidura se comprometió a cerrarla en el plazo de un año pero que antes tiene que buscar una salida sobre qué hacer con los cerca de 250 presos que todavía permanecen en el centro de detención.
Según el citado diario, ahora el Pentágono podría verse obligado a retirar los cargos contra Al Nashiri, uno de los 21 detenidos que podrían beneficiarse de la orden de Obama para que se paralizaran temporalmente los juicios.
Tras la orden del presidente un juez suspendió el proceso contra los acusados por el 11-S , incluido el presunto 'cerebro' de los atentados, Jalid Sheikh Mohamed, y otro contra el canadiense Omar Khadr, que llegó a Guantánamo con 15 años y único occidental que todavía queda en la cárcel.
La decisión del juez llega después de que el Departamento de Defensa filtrara hace unos días que Said Ali al Shiri, uno de las personas que pasó seis años detenida en Guantánamo, es en la actualidad el número dos de la red terrorista Al Qaeda en Yemen tras su liberación en septiembre de 2007.
Conocido como el 'preso 372', Al Shiri participó en un programa de rehabilitación de 'yihadistas' en su país antes de recuperar su libertad, pero poco después aseguró que su paso por Guantánamo sólo hizo que se radicalizara más y que decidiera engrosar las filas de la red de Osama bin Laden.