KABUL, 26 Abr. (Reuters/EP) -
El Gobierno afgano ha asegurado que los cientos de presos que se escaparon el lunes de una prisión de máxima seguridad en la provincia de Kandahar, en el sur del país, podrían haber recibido ayuda de los guardias del centro penitenciario o de las autoridades.
Las autoridades afganas y las fuerzas militares internacionales pusieron el lunes en marcha una operación para detener a los protagonistas de la fuga, que ha sido definida por la oficina del presidente, Hamid Karzai, como "un desastre" y que se ha producido justo antes de que comiencen los habituales combates de la campaña de verano y cuando Estados Unidos está preparándose para la retirada paulatina de sus tropas.
El gobernador de la provincia de Kandahar, Tooryalai Wesa, ha informado de que han vuelto a ser capturados 65 de los 488 presos que consiguieron fugarse de la prisión. Los talibán elevan el número de fugados a un total de 541 reclusos, que consiguieron huir a través de un túnel y posteriormente fueron trasladados en vehículos a otros lugares.
En una carta enviada al presidente afgano, el ministro de Justicia, Habibulá Ghaleb, ha asegurado que la fuga masiva pudo llevarse a cabo por los fallos cometidos por las fuerzas de seguridad afganas y las tropas internacionales.
El titular de Justicia ha explicado que la entrada del túnel de 320 metros de longitud que posibilitó la evasión está situada al alcance de la vista desde la prisión de Sarposa y que había sido inspeccionada hace pocos días. Los talibán han asegurado que el túnel fue construido durante los últimos cinco meses.
"La casa en la que fue encontrado el túnel fue inspeccionada por las fuerzas de seguridad hace dos meses y medio", ha explicado Ghaleb, según un comunicado de la oficina de Karzai. "La tierra excavada del túnel tiene que haber sido trasladada y ello no debería haber pasado desapercibido a los ojos de las fuerzas de seguridad", ha subrayado.
El gobernador del centro penitenciario, el general Ghulam Dastgir, ha señalado que muchos de los presos que han huido podrían haberse trasladado a refugios seguros en el vecino Pakistán. Además, ha explicado que la seguridad se ha reforzado en los 2.400 kilómetros de frontera con Pakistán y ha destacado que los datos biométricos que se poseen de los reclusos ayudarán en la captura de los huidos.
Muchos de los presos que consiguieron evadirse el lunes de la prisión de Kandahar son experimentados combatientes, por lo que su fuga supone un duro golpe para las fuerzas de seguridad y las fuerzas militares internacionales cuando se aproxima el inicio de los combates con la llegada del buen tiempo. La evasión se ha producido después de una campaña conjunta realizada el año pasado por las fuerzas afganas y de la OTAN para capturar a milicianos.
Las imágenes del túnel difundidas hasta el momento muestran un enorme agujero de un metro de diámetro que desciende hacia el interior del suelo con puntos de apoyo para los pies en los laterales.
El ministro de Justicia ha indicado que el bloque de celdas que conectaba con el túnel era parecido a un barracón, en el que los prisioneros podían moverse entre las celdas sin que existieran puertas individuales.
Ghaleb ha apuntado que los prisioneros han tenido que tener alguna ayuda desde el interior de la cárcel para lograr huir. "La fuga masiva de prisioneros desde una celda indica una ayuda desde el interior de la prisión", ha dicho.
En una crítica a los responsables de seguridad estadounidenses encargados de la supervisión de la prisión, que asumieron esta función en sustitución de las canadienses, Ghaleb ha afirmado que los responsables norteamericanos han estado muy ocupados en los últimos meses construyendo habitaciones y oficinas judiciales en el centro penitenciario mientras el túnel era excavado al alcance de su vista.
El Gobierno afgano ha puesto en marcha una investigación sobre la fuga, la segunda registrada en los últimos tres años en esta cárcel y que, según el portavoz de Karzai, ha puesto de manifiesto que existen importantes fallos en la preparación de la seguridad afgana.
En 2008, unos 1.000 prisioneros, incluidos combatientes talibán, lograron escapar de esta misma prisión después de que la explosión de un camión bomba lograra abrir las puertas de la cárcel. La fuga masiva de presos dio lugar a un aumento de los combates de los insurgentes contra las fuerzas de seguridad afganas y las fuerzas internacionales.
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