Gul ratificará las controvertidas normas para controlar el poder judicial e Internet

ESTAMBUL 18 Feb. (Reuters/EP) -

El presidente turco, Abdulá Gul, ha anunciado que ratificará las controvertidas normativas que servirán para regular Internet y nombrar jueces y fiscales, con lo que ha mostrado su respaldo al primer ministro, Recep Tayyip Erdogan. El gesto previsiblemente aumentará las preocupaciones sobre la situación de la libertad de expresión y el estado de derecho en el país.

El Parlamento ha aprobado dos proyectos de ley este mes que han recibido numerosas críticas por considerarlas una respuesta autoritaria a la investigación por corrupción que ha salpicado al Gobierno de Erdogan y que ha afectado a su popularidad.

La normativa judicial dará al Gobierno más influencia para nombrar jueces y fiscales, mientras que la ley sobre Internet permitirá a las autoridades bloquear el acceso a páginas web sin orden previa de un tribunal.

Pese a que Gul había mostrado sus reticencias a las normativas, finalmente ha asegurado que "como presidente" no puede adoptar la postura del Tribunal Constitucional. "Pero de una forma muy general, puedo expresar mis objeciones respecto a los puntos que veo", ha afirmado.

"Esa es nuestra tradición. Los presidentes anteriores a mí habrían dicho 'el Tribunal Constitucional decide sobre el asunto de las leyes en los que hay argumentos a favor y en contra", ha subrayado Gul. El presidente aseguró ver "problemas" con algunos elementos de la ley sobre Internet, que el ministro de Comunicaciones, Lütfi Elvan, ha anunciado que podría ser modificada.

Gul no ha ocultado su intención de volver a la primera línea política y muchos lo consideran el futuro líder del gobernante Justicia y Desarollo (AKP). Por ello los analistas consideran que pese a que no esté de acuerdo con las normativas del Ejecutivo, las aprobará para allanar su camino en política.

La oposición había demandado que Gul no ratificase las normativas, que han provocado manifestaciones en las que la Policía ha empleado gas lacrimógeno para dispersar a los asistentes y cuyo debate en el Parlamento acabó con varios de sus miembros a golpes y un parlamentario con la nariz rota.