BUDAPEST, 27 Oct. (EUROPA PRESS)
El primer ministro húngaro, Ferenc Gyurcsany, aseguró hoy que las semanas de protestas, pidiendo su dimisión, no han afectado sustancialmente a las políticas de su Ejecutivo y subrayó que éstas están disminuyendo ante la falta de un apoyo popular mayoritario.
"No hay oposición a mi programa ni a mi persona dentro del partido", destacó Gyurcsany en referencia al Partido Socialista y rechazó tener planes para cambiar a ministros de su Gobierno.
A pesar de admitir que las reformas y medidas de austeridad impulsadas serían vistas como impopulares a corto plazo, se mostró seguro de que la población húngara acabe viendo los efectos positivos para las próximas elecciones parlamentarias de 2010. "No veo excesiva presión de la opinión pública contra nosotros", explicó el primer ministro húngaro, que aseguró "no estar para nada desesperado".
Las manifestaciones en la plaza de Kossuth, sede del Parlamento nacional, que se iniciaron el pasado 17 de septiembre a raíz de una grabación filtrada a los medios en la que Gyurcsany admitía haber mentido sobre la situación económica del país antes de las elecciones de abril, se intensificaron el pasado lunes, durante el aniversario de la sublevación húngara de 1956 contra los soviéticos, con un saldo de 170 heridos, incluidos 17 policías y 131 personas arrestadas.
"Si alguien quiere protestar, debería ser permitido, pero no veo que estén obteniendo mucho apoyo", admitió Gyurcsany a los periodistas. Sin embargo, para el sábado está prevista una concentración en el castillo de Buda que augura "una resistencia duradera" en contra de la negativa de Gyurcsany de dimitir, según admitió el promotor de la protesta, Laszlo Toroczkai.
Por otra parte, Gyurcsany abogó por llevar a cabo una investigación sobre el excesivo uso de la fuerza por la policía para contener dichas manifestaciones en un futuro, ya que explicó: "Lo primero que tenemos que hacer es apagar estas reducidas chispas de conflictos sociales".