Paolo Duterte, vicealcalde de Dávao e hijo del presidente Rodrigo Duterte
REUTERS / ERIK DE CASTRO
Actualizado: jueves, 7 septiembre 2017 12:18

Se niega a mostrar su espalda después de que un senador asegurara que tiene un tatuaje de una organización criminal

MANILA, 7 Sep. (Reuters/EP) -

Paolo Duterte, el hijo del presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, y vicealcalde de la ciudad de Dávao, ha negado este jueves ante el Senado que esté relacionado con un cargamento de drogas que fue incautado procedente de China con un valor estimado en unos 125 millones de dólares.

El hijo del mandatario filipino ha negado las acusaciones y ha asegurado que no tienen "fundamento" porque él no guarda vinculación con el tráfico de drogas.

El presidente filipino mantiene desde su llegada al poder una campaña de guerra contra la droga que ha acabado con la vida de miles de personas por su supuesta relación contra el tráfico de estupefacientes y que ha sido duramente criticada por organizaciones de defensa de los Derechos Humanos.

Los críticos con el mandatario han asegurado que su hijo, Paolo Duterte, podría haber ayudado a facilitar la entrada de la droga al puerto de Manila, la capital de Filipinas. Este martes, Duterte aseguró que había instado a su hijo Paolo a colaborar con la investigación que el Senado está llevando a cabo, si no tiene nada que esconder, pero también le aconsejó que no responda a las preguntas de los senadores y se acoja a su derecho a no declarar.

RECHAZA RESPONDER A ACUSACIONES "BASADAS EN RUMORES"

"No puedo contestar a acusaciones basadas en rumores", ha declarado Paolo Duterte este jueves ante la Cámara Alta. "Mi presencia aquí es por los filipinos y por los ciudadanos de Dávao, a los que me debo", ha asegurado el vicealcalde de esta localidad, que fue gobernada por Rodrigo Duterte durante más de dos décadas, hasta que alcanzó la Presidencia.

Desde entonces, Duterte ha desencadenado una campaña policial de lucha contra el tráfico de drogas que ha dejado miles de muertos, tras prometerle a los filipinos que actuaría con firmeza para acabar con la delincuencia y las drogas.

El líder filipino ha repetido en reiteradas ocasiones que renunciara a su cargo si los críticos aportan pruebas que demuestren que alguno de los miembros de su familia ha estado involucrado en algún caso de corrupción.

La Policía ha reconocido que ha matado a 3.800 personas durante las operaciones contra el tráfico de drogas y hay otras 2.100 muertes registradas que también estarían supuestamente relacionadas con los estupefacientes.

El senador Antonio Trillanes, uno de los más críticos con el presidente filipino, ha mostrado ante el Senado una serie de fotografías en las que puede verse a Paolo Duterte junto al empresario que fue el responsable del envío en el que se incluía la droga incautada.

El cuñado del presidente, Manases Carpio, al que se ha acusado de mantener vínculos con otro cargamento de droga que se incautó en mayo, también procedente de China, ha declarado ante la Cámara Alta que no tiene ninguna implicación en este caso.

Trillanes ha asegurado que dispone de información procedente del servicio de Inteligencia de un país extranjero --se desconoce cuál exactamente-- acerca de la pertenencia de Paolo Duterte a una organización criminal. Además, ha asegurado que el vicealcalde de Dávao tiene un tatuaje en la espalda que demostraría que pertenece a ese sindicato del crimen pero Duterte se ha negado a mostrar su espalda.

Al ser preguntado sobre dicho tatuaje, Duterte ha admitido que tiene uno pero se ha acogido a su derecho a la intimidad y se ha negado a mostrar su cuerpo.

Trillanes ha instado a Duterte a que permita que le saquen una foto de su tatuaje para que sea enviada a la Agencia estadounidense para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) con el fin de que puedan descifrar el significado de los signos secretos que se incluyen en él.

Sin embargo, Duterte ha contestado que "no es posible" mostrar su tatuaje ni de esa manera. Tampoco ha querido responder a las preguntas acerca de sus cuentas bancarias porque, en su opinión, se trata de cuestiones "irrelevantes".

El portavoz presidencial, Ernesto Abella, ha señalado que la comparecencia de Paolo Duterte y Manases Carpio "demuestra que ambos están listos y preparados para afrontar las acusaciones que pretenden manchar su imagen y credibilidad".

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