HRW denuncia las "torturas" y las "pésimas condiciones" que sufren los presos políticos en Uzbekistán

Actualizado: sábado, 4 julio 2015 4:35

Denuncia abusos y agresiones con electroshock, simulaciones de asfixia y prolongaciones de condenas por motivos irrelevantes

MADRID, 26 Sep. (EUROPA PRESS) -

Human Rights Watch (HRW) ha denunciado este viernes que los periodistas, activistas y otros presos políticos encarcelados por el Gobierno de Uzbekistán sufren "torturas" y "pésimas" condiciones en prisión.

En 'Hasta el Final: Encarcelamiento Político en Uzbekistán', un informe de 121 páginas presentado este viernes, HRW se sirve de más de 150 entrevistas en profundidad con prisioneros y del análisis de nuevos documentos judiciales para denunciar la situación de estas personas.

Entre los encarcelados están los dos periodistas que más tiempo llevan encarcelados del mundo, observadores, activistas y algunas de las figuras más destacadas de Uzbekistán detenidas por luchar por la reforma democrática del país o por encabezar las innovaciones culturales, artísticas, religiosas o filosóficas.

Steve Swerdlow, un investigador de la organización para Asia Central, ha explicado que, con las nuevas pruebas presentadas, "Tashkent no puede aparentar durante mucho más tiempo que el encarcelamiento político no existe en Uzbekistán".

Así, HRW ha instado a la liberación "inmediata y sin condiciones" de los presos, a los que el Gobierno "alarga" las penas de manera injustificada en numerosas ocasiones, y ha denunciado que las potencias occidentales antepongan la utilidad de Uzbekistán como ruta de acceso a Afganistán a las sanciones por la vulneración de los Derechos Humanos.

ABUSOS SEXUALES Y ELECTROSHOCK

Al menos 29 de los 34 casos de presos --encarcelados por ser "enemigos del Estado", "actividades inconstitucionales", "extremismo religioso" u otros cargos "inventados"-- que ha documentado HRW pueden demostrar haber recibido malos tratos, abusos o "torturas" durante el cumplimiento de sus penas.

Así, los entrevistados por HRW denuncian que los servicios de seguridad les han asfixiado con bolsas de plástico y máscaras de gas, han amenazado con agredir físicamente a sus familiares, les han negado el acceso a agua o comida, les han humillado, han abusado de ellos sexualmente y les han torturado mediante el uso de electroshock, entre otros métodos.

MÁS PRISIÓN POR PELAR MAL ZANAHORIAS

Uno de los casos más graves es el de el opositor pacifista Murod Juraev, cuya condena ha sido alargada por el Gobierno en cuatro ocasiones desde su encarcelamiento en 1994. La última vez fue en 2012, cuando se le acusó de "pelar las zanahorias de forma incorrecta" en la cocina de la cárcel.

Además, las autoridades han negado la atención sanitaria y el acceso a personal médico a sus presos, lo que la ONG considera que constituye un "tratamiento cruel, inhumano o degradante" y una "violación grave" de las obligaciones del país en materia de Derechos Humanos.

Entre las víctimas de estos abusos figura Abdurasul Khudoynazarov, un activista por los Derechos Humanos que falleció 26 días después de ser liberado, tras ser diagnosticado de cáncer de hígado, y al que los trabajadores de prisiones denegaron de forma continuada el acceso a tratamiento y cuidados médicos durante los ocho años que fue encarcelado.

Otros presos son aislados durante largos periodos de tiempo, cercanos al año de duración, mientras que las autoridades llegan a negarse a revelar el paradero de algunas personas, como el líder religioso Akram Yildashev, detenido en 2009 y del que se desconocen su paradero y su suerte.

FALTA DE CONSECUENCIAS INTERNACIONALES

"La tortura, el secuestro, las detenciones en régimen de incomunicación, el confinamiento en solitario y la ampliación de las sentencias son abusos innombrables que nadie debería sufrir", ha asegurado Swerdlov antes de instar a la liberación de estos presos, "encarcelados de forma equivocada".

HRW ha denunciado que estas prácticas abusivas no tengan consecuencias sobre las relaciones entre Washington, Bruselas y otras capitales europeas y el Gobierno de Uzbekistán, que tampoco ve sancionadas sus negativas a cooperar con el Consejo por los Derechos Humanos de Naciones Unidas.

La ONG de defensa de los Derechos Humanos ha considerado que estos países, que ven "prioritario" el papel de Uzbekistán como ruta de acceso a Afganistán, deben presionar al Ejecutivo para que mejore la situación de sus presos y libere a aquellos encarcelados por cuestiones políticas.

Para ello, ha afirmado que las potencias occidentales deben aplicar restricciones a nivel económico y militar a Tashkent. "Los socios internacionales de Uzbekistán deben decir al presidente Karimov que pagará un alto precio a no ser que su Gobierno deje de detener y torturar a activistas pacíficos, periodistas y creyentes religiosos", ha sentenciado Swerdlow.

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