HRW insta a Mursi a hacer frente a la violencia religiosa

Europa Press Internacional
Actualizado: lunes, 16 julio 2012 13:51

MADRID 16 Jul. (EUROPA PRESS) -

Human Rights Watch (HRW) ha instado este lunes al presidente de Egipto, Mohamed Mursi, a tomar medidas urgentes para hacer frente a la violencia por motivos religiosos y a garantizar que los responsables sean investigados y juzgados en tribunales que cumplan con las normas internacionales sobre juicios justos.

Asimismo, la ONG ha señalado, en un comunicado, que el Gobierno, vencedor en las elecciones del pasado 24 de junio, debe ordenar un nuevo proceso judicial para quienes han sido condenados en tribunales de excepción.

"Las tensiones sectarias en Egipto desde hace mucho tiempo han estado salpicadas por estallidos de violencia criminal; sin embargo, las autoridades dejan de enjuiciar o castigar a los responsables", ha denunciado el subdirector para Oriente Próximo de HRW, Joe Stork. "Poner fin a la violencia religiosa significa enjuiciar a los responsables y asegurarse de que el resultado sea justo", ha añadido.

De acuerdo con el grupo defensor de Derechos Humanos, desde que el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas tomó el poder después del derrocamiento de Hosni Mubarak en febrero de 2011, hubo en Egipto al menos doce incidentes de violencia sectaria graves, que dejaron unos 25 muertos y numerosas casas y tiendas destruidas.

HRW ha agregado que los únicos dos casos que dieron lugar a acciones judiciales fueron remitidos por la Fiscalía a los Tribunales de Emergencia de Seguridad del Estado, que "son conocidos por no cumplir con los estándares mínimos del debido proceso y cuyos veredictos son inapelables". Además, la organización defensora de Derechos Humanos ha indicado que otros casos fueron manejados sólo en las llamadas reuniones de conciliación, que han sustituido a los procesos judiciales.

En los juicios que se han producido, la organización ha encontrado que las denuncias de tortura no se investigan adecuadamente, que los jueces aceptan confesiones obtenidas bajo tortura y no permiten a los acusados el acceso a sus abogados fuera de la sala de audiencias. A partir del 31 de mayo pasado, cuando expiró el estado de emergencia, la Fiscalía no puede remitir casos a estos tribunales.

"El nuevo presidente debe garantizar un sistema que revise rápidamente y anule todas las sentencias emitidas en juicios injustos, incluyendo todos los veredictos de los tribunales de excepción", ha subrayado Human Rights Watch.

En octubre de 2011, la ONG documentó tres ataques graves contra cristianos en que los fiscales se negaron a procesar a los presuntos incendiarios, saqueadores y asaltantes. Estos episodios, ocurridos en las ciudades de Atfih, Muqattam y Marinab, aún no se han investigado.

REUNIONES DE RECONCILIACIÓN

Sobre las reuniones de reconciliación llevadas a cabo en lugar de las actuaciones judiciales, HRW ha advertido de que esta vía ha permitido a los responsables escapar de la justicia y ha llevado incluso a la expulsión forzada de las víctimas de sus hogares. "No sólo tales negociaciones de reconciliación no lograron calmar los brotes repetidos de tensión sectaria, sino que han proporcionado un pretexto para la impunidad de los perpetradores de la violencia", ha indicado la ONG.

"El Gobierno debe garantizar que los fiscales investiguen y procesen sin discriminación a los responsables de la violencia religiosa, sean las víctimas cristianas o musulmanes, y proporcionar una protección adecuada para los residentes que deseen permanecer en sus hogares", ha señalado HRW. "Dado el patrón de impunidad y la falta de investigación efectiva, el fiscal debe supervisar personalmente el desarrollo de dichas investigaciones para asegurar que los responsables sean llevados ante la justicia", ha puntualizado.

Los cristianos coptos representan alrededor del 10 por ciento de la población de Egipto, la cual es en su mayoría musulmana suní. En un estudio publicado en abril de 2010, la Iniciativa Egipcia por los Derechos Personales, un grupo egipcio de Derechos Humanos, documentó más de 50 casos de violencia sectaria entre musulmanes y cristianos durante dos años. En la mayoría de ellos, musulmanes atacaron a cristianos por la práctica de ritos religiosos o los castigaron colectivamente por delitos reales o imaginarios que involucraban a una mujer musulmana o un insulto al Islam.

Entre los puntos álgidos están las objeciones musulmanas a la construcción de iglesias cristianas, la cual está sujeta a regulaciones discriminatorias pues requiere la aprobación presidencial. En ese sentido, HRW ha hecho un llamamiento a las autoridades egipcias a actuar con rapidez para poner en práctica reglamentos justos para la construcción de lugares de culto.

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